Las alas breves,
el vuelo permanece
en nuestros ojos.
el vuelo permanece
en nuestros ojos.
XVIII
Duerme la yerba,
soñando de nuevo con
lentas pisadas.
X LI
La incógnita de
tu ecuación se resuelve
en tus caderas.
XLIV
La hiedra abraza
estatuas buscando su
latir interno.
LXVII
La brevedad
intenta rescatar
lo inevitable.
Hay elegías que no soportan
el peso de los largos poemas.
Despertar en los brazos ajenos,
como en una pesadilla triste.
Las violetas de los atardeceres
tienen olor de suicida indeciso.
El amor, contenido de un paréntesis,
entre la indiferencia y el hastío.
Caernos desde el acantilado de la cama
(en una lujuria de tactos sin epidermis.
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