Retorno
Estuviste en el
infierno
de la renuncia;
de él volviste al
purgatorio
del mundo, el de la
espera
en noche de
jardines
y edenes
peligrosos.
Porque hay barcos
que
navegan los sueños
sobre acantilados
de ayeres;
porque hay
insomnios
que son salidas
de los túneles del
lodo.
Y a pesar de la
duda
que flaquea las
piernas
del vigía aterido,
hay posibilidades
de ser otro,
hay opciones de
rasgar
el velo de lo sumergido.
el velo de lo sumergido.
Tras la puerta
Al abrir la puerta
un mar de latidos
inunda la estancia,
y la esquina de una
fotografía
semeja un cónclave
de estremecimientos
sin origen definido.
No hay llaves que
clausuren
esa puerta de forma
definitiva,
como no hay
cerrojos que impidan
crecer a los
bosques.
Sólo el lamento de
las páginas de un libro
hará posible que la
hojarasca
ensombrezca ese
lugar
donde vicario viviste
de películas antiguas,
y donde los dos erais actores
de un baile de
marionetas.
Realidad
Conjurando
el páramo se queman
las
pesadillas que
flotan
en las turbias aguas
del
albañal.
Son
como pieles de nubes
que
se estiran en una topografía
de
trébol y suburbio,
cuando
las canciones ahogan
sus
notas enfermas.
No
hay ya héroes, y las víctimas
se
inmolan a sí mismas
en
el holocausto
de una coreografía final.
de una coreografía final.
Me han llegado tus poemas. En especial, "Retorno" y "Tras la puerta". Te felicito.
ResponderEliminarAda
Gracias, Ada. Espero que hayas podido leer todo el libro. Ahí seguimos (en esto de la poesía). Un abrazo.
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