En el ámbito
de la gramática, el verbo está condicionado por los sujetos que lo determinan.
No sólo por la concordancia –persona, número– sino por una especie de sujeción
interna que los liga desde lo más hondo del lenguaje. Y esta conexión del
sujeto con el verbo ocurre independientemente del modo o la temporalidad de lo
enunciado.
En este
libro, Las personas del verbo, Rafael
González Serrano lleva a cabo una exploración, necesariamente incompleta,
de las posibilidades de relacionarse entre las tres personas gramaticales y los
tiempos verbales a ellas sometidos, así como de la cercanía o alejamiento del
sujeto con la acción formulada. El yo, siempre aparentemente confesional, puede
encerrar un distanciamiento irónico, de la misma manera que un tú puede ser la
apelación indirecta a un yo actuante. El plural de primera y segunda persona implica
una necesidad de identificación e integración grupal, bien sea asertiva o
crítica. Mas la tercera, en estos poemas, ha sido considerada como muestra de
ajenidad, cuando no, en ocasiones, de clara hostilidad. Indagación, pues, la
que se lleva a cabo en estos textos sobre el lenguaje, que es tanto como decir
búsqueda de su conexión con la realidad representada.