tag:blogger.com,1999:blog-76729120909718326372024-02-28T15:44:33.642-08:00De turbio en claroSorprender los destellos en la oscuridad a través de las palabras, los sonidos y los silencios.
(Blog que continúa la labor del anterior De turbio en claro)De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.comBlogger91125tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-31542423388368771532020-03-15T17:45:00.000-07:002020-06-30T11:44:09.717-07:00Percy Bysshe Shelley: Adonais<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilBR2JNlIwZ0O1Qpjs_ebjxa5qRCMiq_p8VuUzacqY7snezirXM1qbULhMAmbXWIsYtqlfkH9Q4hwByHas_Zr_uq-b6ISR4mh1U7Y0Q1BEsrJgaf8LLSQGpKikusVNNIrE14ev8Jo8mAs/s1600/percy-bysshe_shelley4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="484" data-original-width="389" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilBR2JNlIwZ0O1Qpjs_ebjxa5qRCMiq_p8VuUzacqY7snezirXM1qbULhMAmbXWIsYtqlfkH9Q4hwByHas_Zr_uq-b6ISR4mh1U7Y0Q1BEsrJgaf8LLSQGpKikusVNNIrE14ev8Jo8mAs/s200/percy-bysshe_shelley4.jpg" width="160" /></a></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Shelley compuso
Adonais tres meses después de la muerte de Keats. El poema más que una elegía
en sí es un lamento por la muerte de un gran poeta (en realidad se habían tratado
pero no existió entre ellos una profunda amistad). El tema del poema es el del
destino de los poetas, abocados a un mundo que ni les escucha ni les tiene en
consideración. El poema consta de cincuenta y cinco estrofas, estructurado en
dos partes disímiles pues la primera ocuparía aproximadamente dos tercios del poema.
Al parecer, Adonáis sería una mezcla del griego Adonis –dios griego que
simbolizaba la muerte y la resurrección–, y del hebreo Adonai, uno de los
nombres de Elohim, el Creador o Señor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">En el inicio,
Adonáis ya ha muerto, y la Hora llora por él y cita a las demás horas para que también
se lamenten, puesto que el tema es el de la desesperación por la muerte de
Adonáis Se convoca además a Urania, musa de la Astronomía, – “¿Dónde estaba la
abandonada Urania / Cuando Adonais murió?”–, que acude desde el Edén, lamentándose
por tan luctuoso hecho. Siguen unas estrofas donde Shelley insiste en la queja por
la ausencia y la pérdida, así como el lamento de los elementos que acompañaron
al poeta, “como la forma, y el tono, y el aroma y el dulce sonido”; aparecen las personificaciones de los
pensamientos, emociones, actitudes y habilidades del difunto. Se plasma así mismo la
inexorabilidad de la muerte. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Pasa Shelley a
establecer un paralelismo, en contraposición, entre la vida humana y la
naturaleza: ésta revive eternamente al repetir su ciclo mientras que el hombre
perece –incluso uno de la talla de Adonáis-Keats– irremediablemente para
siempre: “los aires y arroyos renuevan su gozosa sonoridad /…/ hojas y flores
frescas adornan el féretro de la muerta estación; / las apasionadas aves ya se
emparejan ente los helechos”. Por eso, aunque Urania reclame a Adonáis que no
la abandone –“¡No me abandones desolada y triste y desamparada, / como el mudo
rayo abandona la noche horra de estrellas!”–, éste ya se encuentra
definitivamente muerto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">En las Estrofas 30 a 34, aparece una serie de
dolientes humanos, entre los cuales se encuentra, el "Peregrino de la
Eternidad", que es Lord Byron. El propio Shelley también forma parte de la
procesión de dolientes. El poeta se presenta a sí mismo –“una frágil
Silueta”–, equiparándose a figuras como Acteón, ya que lo mismo que a éste le
persiguen los mastines a él lo hacen sus pensamientos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>También muestra su estigmatizada frente como
si fuera la de Caín o Cristo:
“Descubrió
su estigmatizada y sangrante frente, / como si fuera, ¡ay dolor! la de Caín o
la de Cristo”. Al igual que Caín él es un desterrado de su tierra; y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sus padecimientos los equipara –irreverente–
con los de Cristo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">En la estrofa 37
arremete contra el crítico de la revista Quarterly Review –al parecer <a href="https://translate.googleusercontent.com/translate_c?depth=1&hl=es&prev=search&pto=nl&rurl=translate.google.com&sl=en&sp=nmt4&u=https://en.m.wikipedia.org/wiki/John_Wilson_Croker&usg=ALkJrhgOKjXU9yUjF2NTva0CYR7Bl0HDFw" title="John Wilson Croker"><span style="text-decoration: none;"><span style="color: #783f04;">John Wilson Croker</span></span></a>– que juzgó muy negativamente el <a href="https://translate.googleusercontent.com/translate_c?depth=1&hl=es&prev=search&pto=nl&rurl=translate.google.com&sl=en&sp=nmt4&u=https://en.m.wikipedia.org/wiki/Endymion_(poem)&usg=ALkJrhiAAEF6u4pWh7fmzaduAyrqbm1TxQ" title="Endymion (poema)"><i><span style="color: #783f04;">Endymion</span></i></a> de Keats, lo que, en opinión de Shelley,
traumatizó a John Keats, empeorando su salud, lo que acabará con su vida, y al
que vaticina que: “te
asirán el Remordimiento y el Autodesprecio”; y a quien desea que el peor castigo es que viva
para reconocer su infamia: "¡Larga vida a ti, cuya infamia no es tu
fama!”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">En las estrofas 45 y 46, Shelley lamenta que,
como Thomas Chatterton, Sir Philip Sidney y Lucano, Keats murió joven y no
vivió para desarrollarse como poeta. Pero Keats está despierto, o duerme
con los muertos eternos; de esta forma “fluirá el espíritu puro / de vuelta a
la ardiente fuente de la que manó, / una parte de lo Eterno, que debe resplandecer
/ a través del tiempo”. Añade el poeta que, en ese ámbito de paz, “No está
muerto, no duerme / ha despertado del sueño de la vida”. Y en ese nivel
superior y, elevándose más allá de las sombras de la noche, quedará libre de la
envidia, la calumnia,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el odio y el dolor;
y cuando la propia alma haya dejado de arder, el poeta estará vivo: “Él vive,
vela– es la Muerte quien está muerta, no él”. Porque “se ha hecho uno con la
Naturaleza”. </span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">A partir de
ahora Keats “es una parte de la belleza”, en comunión tanto con los árboles como
con la luz del Cielo. Junto con los inmortales, forma parte de “los fulgores
del firmamento del tiempo”. En este estadio de eternidad, acogido por los
grandes poetas, hasta el Olvido “se acobardó como un réprobo”. Y es nombrado
“Lucero de nuestra grey”. Ascendido a tal condición, nadie debería llorar por
Adonáis, incluso en Roma –lugar de su
tumba– lo deberían hacer antes por ella, sepulcro de edades, imperios y religiones.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">La vida que ahora debe estar experimentando
Adonais, el poeta la sitúa en Roma, una ciudad plena de lugares donde la pérdida
y la decadencia son visibles. Además, él está en el cementerio protestante
allí, donde también está enterrado el hijo de tres años de Shelley. Sin embargo,
frente a la desnudez de la Desolación, “Una luz de risueñas flores se extiende
sobre la hierba”. La naturaleza no
aborrece la muerte y la descomposición; son los humanos, quienes temen y odian
en medio de la vida, quienes lo hacen: “¿Por qué hay que temer lo que
Adonáis es?”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">La "Eterna" Roma muestra
paralelismos con las descripciones anteriores, estrofas 44-46, en las que
propone que el espíritu de Adonáis-Keats se convirtió en parte del "firmamento"
de las estrellas eternas, que son los espíritus inmortales de los grandes poetas. Y
en la estrofa 52 escribe: “El Uno permanece, la multitud cambia y pasa; / la
luz del Paraíso brilla eternamente, las sombras de la Tierra vuelan”. De esta manera, la vida en tanto que
pasajera es una limitación de lo perenne: “la vida, como cúpula de cristal
polícromo, / ensucia el blanco resplandor de la Eternidad”. Por eso, la Muerte es la que simboliza la
gloria de la eternidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">El propio
Shelley pasa a identificarse con ese Keats-Adonáis. El viento le susurra “¡la
llamada de Adonáis!”, y que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“nunca más la
vida separe lo que la Muerte pueda unir”. Shelley ofrece su visión de lo que el
mundo del Espíritu en contraposición al de la naturaleza, que es el de la
oscuridad y el de nuestro fugar paso, frente al de la eternidad celestial; pero
no una eternidad religiosa sino la del territorio del misterio y lo ignoto.
Pues desde allí: “El alma de Adonáis, como una estrella, / nos guía desde la
morada donde los Eternos son”.</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Nota: Ya es casual </span><span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">–o causal</span><span style="color: #783f04; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">– en estos tiempos que esta nueva reseña sea sobre la elegía por la muerte de un poeta realizada por otro poeta, también muerto joven y de manera trágica. </span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-42306949887224123972020-01-16T10:12:00.000-08:002020-01-16T10:39:14.457-08:00Rafael González Serrano: Las personas del verbo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsPY9cIoH48oMQUhSqp44rgmic7nKlcm03TnAkJ0kOXUNBFvpmCDK7KrDmbxMkp_laGWa9RT1Xq_cGiue7DWSmBc2NsYa0HLnWYvNLTLYlJu3yP3EvkEA6dUksi8ztbigfd6i6i-8SVj8/s1600/seleccion0-cuatris.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="244" data-original-width="185" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsPY9cIoH48oMQUhSqp44rgmic7nKlcm03TnAkJ0kOXUNBFvpmCDK7KrDmbxMkp_laGWa9RT1Xq_cGiue7DWSmBc2NsYa0HLnWYvNLTLYlJu3yP3EvkEA6dUksi8ztbigfd6i6i-8SVj8/s200/seleccion0-cuatris.jpg" width="151" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -.05pt; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04;">En el ámbito
de la gramática, el verbo está condicionado por los sujetos que lo determinan.
No sólo por la concordancia –persona, número– sino por una especie de sujeción
interna que los liga desde lo más hondo del lenguaje. Y esta conexión del
sujeto con el verbo ocurre independientemente del modo o la temporalidad de lo
enunciado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -.05pt; text-align: justify;">
<span style="color: #783f04;">En este
libro, <b><i>Las personas del verbo</i></b>, <b>Rafael
González Serrano</b> lleva a cabo una exploración, necesariamente incompleta,
de las posibilidades de relacionarse entre las tres personas gramaticales y los
tiempos verbales a ellas sometidos, así como de la cercanía o alejamiento del
sujeto con la acción formulada. El yo, siempre aparentemente confesional, puede
encerrar un distanciamiento irónico, de la misma manera que un tú puede ser la
apelación indirecta a un yo actuante. El plural de primera y segunda persona implica
una necesidad de identificación e integración grupal, bien sea asertiva o
crítica. Mas la tercera, en estos poemas, ha sido considerada como muestra de
ajenidad, cuando no, en ocasiones, de clara hostilidad. Indagación, pues, la
que se lleva a cabo en estos textos sobre el lenguaje, que es tanto como decir
búsqueda de su conexión con la realidad representada.</span><br />
<span style="color: #783f04;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -.05pt; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZ9s31EbrIyAw_6KMDEY3x6BDR5lTLiBNQPR4b8Ul1rEPKAJm8Kt2aLIJR8_BE7TW3aF5MIoG8a_GxUG92Hx-vxMeHycDWlBtRCDSUK305M0tL_eH98HhMy6u6DzYL5eKHWspYTyF8oZ0/s1600/Las+personas+del+verbo4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="262" data-original-width="178" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZ9s31EbrIyAw_6KMDEY3x6BDR5lTLiBNQPR4b8Ul1rEPKAJm8Kt2aLIJR8_BE7TW3aF5MIoG8a_GxUG92Hx-vxMeHycDWlBtRCDSUK305M0tL_eH98HhMy6u6DzYL5eKHWspYTyF8oZ0/s1600/Las+personas+del+verbo4.jpg" /></a></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-646305324879690022019-10-14T09:34:00.000-07:002019-10-14T09:34:08.877-07:00Tikal: Templo de las máscaras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUYSKVU_gqzOKsmp_AW_K_b_8B56JAjV5er2pTYwUvhlKP3JAWnmfBbYecZGhW97dhQggrYasDShUyR7dku7AAYmuMlCceBgNPLRNg_t7dt3o_iAIH5uZj7-REw4cctgFlthBBzw57fFU/s1600/selecci%25C3%25B3n3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="285" data-original-width="376" height="242" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUYSKVU_gqzOKsmp_AW_K_b_8B56JAjV5er2pTYwUvhlKP3JAWnmfBbYecZGhW97dhQggrYasDShUyR7dku7AAYmuMlCceBgNPLRNg_t7dt3o_iAIH5uZj7-REw4cctgFlthBBzw57fFU/s320/selecci%25C3%25B3n3.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: blue;">Templo de las máscaras, Tikal</span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-50142325243452192892019-09-25T14:25:00.000-07:002019-09-25T14:27:32.402-07:00Tikal: El gran jaguar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-D6yOivOs5lLEB82UkflariOf0d9BaWqx_dsmYfRsL5NHDswIxzC2jDt5iu9BKqgx7_2HD_QztkJxJ37ONrybYzgKZcl4Mhjm4bBPewhfgsR0Lh5mIkDvVZvT93HWBR2O91ldNlMVncc/s1600/selecci%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="310" data-original-width="403" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-D6yOivOs5lLEB82UkflariOf0d9BaWqx_dsmYfRsL5NHDswIxzC2jDt5iu9BKqgx7_2HD_QztkJxJ37ONrybYzgKZcl4Mhjm4bBPewhfgsR0Lh5mIkDvVZvT93HWBR2O91ldNlMVncc/s320/selecci%25C3%25B3n.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="color: blue;">El gran jaguar - Tikal</span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-10774946378803338562019-06-10T14:17:00.003-07:002019-06-10T14:20:09.406-07:00Edmond Jabès: El umbral La arena (y 2)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8lw-8fotrrKiEMFn2slaeXWVRF7HUGu_6j102yFYZ_e60BNc41AhuUZL-ypKs-OlihTSCIrVqdTzITrB-3fgIuOCtRBKdG0205YpPqVgwgtS3JqOd-gAPkxbV4wsX0rP1suDvcVb6BwI/s1600/edmond-jabes3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="321" data-original-width="240" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8lw-8fotrrKiEMFn2slaeXWVRF7HUGu_6j102yFYZ_e60BNc41AhuUZL-ypKs-OlihTSCIrVqdTzITrB-3fgIuOCtRBKdG0205YpPqVgwgtS3JqOd-gAPkxbV4wsX0rP1suDvcVb6BwI/s200/edmond-jabes3.jpg" width="148" /></a></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Y si el
desarraigo, la nada, el vacío, son la contraposición a los momentos vitalistas
de la pasión erótica, también el humor es un arma que utiliza para combatir esas
angustias existenciales, y del que el mismo declara: “el humor es la poesía, lo
cómico es prosa”, atestiguando así que habita en lo más hondo de la labor
poética, constituyéndola. Esa vena humorística –desde la agudeza a la
mordacidad– se encuentra sobre todo en sus libros compuestos por aforismos,
sentencias o apotegmas (y un tanto metaliterarios). Así en <i>Las palabras trazan (1943-1951)</i> escribe: “Por encima de la lluvia
el sol se muere de sed”; o “una amistad tal vez no sea más que un intercambio
de léxico.” Y entre la ironía y la
búsqueda del sentido de la creación literaria, están párrafos como: “La letra
gasta a la palabra que gasta a la frase
que gasta al libro que gasta al escritor que se arruina” (en <i>De lo blanco de las palabras y de lo negro
de los signos 1953-56</i>).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">No es menor el
espacio que en sus obras le dedica al lenguaje, su significancia y función, y a
la escritura, en tanto que acto salvador, práctica que puede rescatarnos tanto
de las crueldades que la existencia impone en el acontecer cotidiano como de la
angustia consustancial con el ser humano, sometido a ese tránsito –una vez más,
el viaje– entre la vida y la muerte. La poesía se origina en la noche –de ahí
que “hacer visible la palabra” sea “ennegrecerla” para que así se identifique
con su procedencia–; al borde mismo de la frontera entre lo mudo y lo
explícito. Y la estrecha relación entre la vida y la escritura se manifiesta en
tanto que “hay seres que, durante toda su vida, han seguido siendo la mancha de
tinta al final de una frase inacabada” (de la sección <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Puertas de socorro</i>, dentro del libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las palabras trazan</i>). Aunque también quiere recordarnos que lo
dicho es contingente frente al lenguaje que, aunque nos constituya, también
continúa más allá de nosotros, es independiente de nuestra azarosa presencia:
“Nada más compuesta, la frase muere. Las palabras le sobreviven.” Quizá la
única posibilidad de subsistencia sea esa infinita posibilidad que nos ofrece
la palabra poética, puesto que “cuando los hombres estén de acuerdo sobre el
sentido de cada palabra, la poesía no tendrá ya razón de ser” (también del
apartado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Puertas de socorro</i>). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">En su libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">De lo blanco de las palabras y de lo negro
de los signos</i> incide nuevamente en el lenguaje y su naturaleza, así como en
su conflictividad con el pensamiento, y expone cómo la palabra alberga la
propia creación de la realidad y del tiempo. De tal forma que: “La palabra es
la enemiga de la idea. La idea es el pecado original” (de la sección <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las palabras extranjeras</i>). O: “La letra
desata a la palabra que desata a la imagen que desata al día” (del bloque <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las ramas y la vela</i>). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Sus poemas son
en ocasiones breves –como dichos o adagios, a veces axiomáticos–, en otras,
extensos, sinuosos, incluso torrenciales. La repetición anafórica encabeza
estrofas de variados poemas, recordando una letanía que se basase en
tradiciones religiosa judaicas. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La voz
de tinta</i>, de 1949, en el extenso poema <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
albergue del sueño</i>, reproduce insistente los versos: “Con mis puñales /
robados al ángel / construyo mi morada”,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>reiteración con tintes surrealistas, al igual que en múltiples versos de
este poemario (“monjes y escarabajos se cuelgan / al huidizo cuello de las
espadas”). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Las imágenes con
asociaciones inéditas, los sintagmas ilógicos, las figuras de cariz onírico,
alternan en su producción con otros versos más claros y precisos,
transparentes, recurriendo entonces a estribillos, paralelismos o rimas
sencillas. En ese proyecto de fusión <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>entre
la poesía y el mundo que habita la obra jabesiana, hay lugar para el
encadenamiento de metáforas, las analogías telúricas o cósmicas, la generosa abundancia
–incluso desbordante– de tropos, o para la concentración de sentido, lo
mínimamente sustantivo del lenguaje, lo esencial que mora en la brevedad.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">La segunda parte
del volumen –bastante más breve–, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
arena</i>, recoge los poemas escritos entre 1974 y 1988. Como ya se ha
comentado, el desierto y, es natural, su elemento constitutivo, la arena (“toda
la memoria del mundo / está en un grano de arena”), son elementos recurrentes
en la obra jabèsiana. En esta sección, el espacio en blanco, la escasa
presencia de la palabra, la síntesis, dibujan un paisaje casi desértico en el
que el signo constituye el último refugio ante la invasión de un silencio que
hace replegarse a la palabra a sus espacios más íntimos, incluso a los márgenes
de las páginas, donde confundirse con la ausencia de voz. El adelgazamiento de
la voz implica una búsqueda de las fronteras, justo al borde de un abismo ante
el que no existe retorno (“el universo recorre la mano, desemboca en / el
abismo”), porque todo se apaga, se agota: “Todas las luces fueron luces<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de / polvo//… todas convertidas en polvo de
luz”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>–poema XIII de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La memoria y la mano (1974-1980</i>). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Frente a la
nada, la mano es un símbolo que para Jabès encarna el todo, desde acariciar a
matar, desde escribir a apresar; por eso la mano es la imagen de ese todo al
que aspiraba y el signo último donde refugiarse en esa búsqueda en la
inmensidad desértica del lenguaje y el silencio. Ya que la mano es la que trata
de encontrar los caminos en el blanco de la página –sinónimo del desierto–, con
el gesto de dibujar unos trazos que visibilicen el sentido oculto bajo la
ausencia de forma. Si bien que esas manos –o su prolongación, los brazos– son
también el instrumento para alcanzar nuestro ineluctable acabamiento: “”Sólo
disponemos de nuestros brazos / para alcanzar la muerte, a nado” (del poema <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Siempre esta imagen</i>). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">En los poemas de
esta segunda parte, es recurrente la presencia de la mano, de la arena, del
desierto y del vacío. Con la mano nos aferramos a una posible salvación, pero
también ello es factible al desasirnos. “Abre toda tu mano. / Esta apertura es
la salvación” –fragmento VII de <i>Mano
suave para la propia herida</i>, del libro <i>La
sangre no lava la sangre (1976)</i>. Y en <i>El
agua</i> vuelve a reconocer cuál es el territorio propio –“El desierto fue mi
tierra. / El desierto es mi viaje, / mi errar”–; afirmando más adelante a lo
que en realidad nos enfrentamos: “El vacío, el vacío siempre de este lado.” El
poeta concluye en <i>La llamada</i> acerca
de su propia identidad y su condición contingente, así como de la carencia de
una respuesta clarificadora: “Busca mi nombre en las antologías. / Lo
encontrarás y no lo encontrarás./ Busca mi nombre en los diccionarios. / Lo
encontrarás y no lo encontrarás /… / ¿He tenido alguna vez un nombre? /
También, cuando muera, no busques / mi nombre en los cementerios. /… / Y deja
de atormentar, hoy, a quien / no puede responder a la llamada.” </span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;"><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif; text-align: right;"><br /></span></span></span>
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;"><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif; text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif; text-align: justify;"> </span> </span></span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-38059857536530031762019-05-30T15:11:00.000-07:002019-05-30T15:15:05.180-07:00Edmond Jabès: El umbral La arena (1)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLYHnFmZdG8quTpjzK5_JprFAH0S-tCiv73J_ovK1-jgN4YxnwtoELdiBuqpeeP_6xNekjcnmaRMJrh0i56ltua4duv3m1Cn9-T-dN5WYM654JlewWkpP-gDc_N_MD2KUF06b6oDJ24aQ/s1600/edmond-jabes2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="288" data-original-width="214" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLYHnFmZdG8quTpjzK5_JprFAH0S-tCiv73J_ovK1-jgN4YxnwtoELdiBuqpeeP_6xNekjcnmaRMJrh0i56ltua4duv3m1Cn9-T-dN5WYM654JlewWkpP-gDc_N_MD2KUF06b6oDJ24aQ/s200/edmond-jabes2.jpg" width="148" /></a></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">Del mismo modo
que otros autores como Jules Supervielle, Marguerite Duras, Albert Camus o
Michel Houellebecq, Edmond Jabès es un escritor francés nacido fuera de
Francia; aunque su lengua originaria es el francés, a diferencia de otros
autores provenientes de diferentes lugares que escogerán ese idioma como lengua
de creación literaria (como Ionesco, Cioran o la segunda etapa de Beckett, por
ejemplo). Nació en El Cairo en 1912 en el seno de una familia judía francófona.
Su ingente obra, fundamentalmente en prosa, se reúne en los volúmenes que
constituyen el ciclo de <i>El libro de las
preguntas</i> (1963-1973), a los que siguieron las entregas de <i>El libro de las semejanzas</i> (1976-1980),
y <i>El libro de los márgenes</i>, ente
otros libros. Fallecerá en París en 1991. </span></span><br />
<span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif;">En </span><i style="color: #660000; font-family: "times new roman", serif;">El umbral La arena</i><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif;"> </span><i style="color: #660000; font-family: "times new roman", serif;">(1943-1988)</i><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif;"> se reúne todas sus publicaciones poéticas, desde el
primer título </span><i style="color: #660000; font-family: "times new roman", serif;">Construyo mi morada</i><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif;"> de
1957, donde ya se agrupa toda su obra entre 1943 y 1957, hasta </span><i style="color: #660000; font-family: "times new roman", serif;">La llamada</i><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif;"> de 1988 (aunque no se pueda
considerar cada parte como un libro –las hay muy breves– sino más bien como una
sección de un todo). Es pues este vasto volumen –setecientas páginas en la
meritoria edición bilingüe del desaparecido sello Ellago Ediciones– una
recopilación de toda su producción poética.</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Siendo como es imposible
analizar pormenorizadamente tan extenso volumen, nos centraremos en algunos de
los temas mostrados recurrentemente a lo largo de algunas secciones de estas
Obras completas. En la parte cuyo título general es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El umbral</i>, se incluyen las composiciones escritas entre 1943 y 1957
(viene a ser una reorganización definitiva de la primera compilación<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Construyo mi morada</i>).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">El libro (la
escritura, la palabra, la mano que escribe) y el desierto (la arena, la
errancia, la condición extranjera), serán dos de sus principales obsesiones;
son las metáforas de un territorio vacío –las páginas no escritas aún, las
arenas sin cruzar– que sólo puede llenar la palabra poética o el viaje; que la
pisada atravesará o la mano desvelará en la frontera entre lo dicho y lo no expresado.
Y a la cuestión de dónde proviene el impulso que posibilita esa tarea –el
camino, la redacción–, responde Jabès: “Sabemos que somos nosotros quienes
fabricamos nuestros recuerdos, pero hay una memoria más antigua que los
recuerdos… Memoria de todos los tiempos que dormita en nosotros y está en el
corazón de la creación.” <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Y a cómo se
realiza el paso desde el silencio, o el vacío –que están en el origen de todo,
y quizá en el fin– a lo escrito, responde Jabès que mediante la escucha: “un
temblor de la escritura lo revela a veces; ese temblor está provocado por la
escucha”; la escucha del interior, o del universo. Porque el universo se halla
presente en su escritura mediante una serie de vínculos entre lo telúrico, lo
temporal, lo lírico: “Mis días son días de raíces, / son yugo de amor celebrado
//…// La tierra flota en / vanas visiones de viaje”, poema II de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La ausencia de lugar</i> (1956). Y lo
onírico y lo natural se enlazan en los contrapuntos existentes entre las
diversas voces –a las que también se suma ‘El eco’–que aparecen en el poema <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las llaves de la ciudad</i> (“tus guantes de
piel de océano / tus zapatos azules de sueño”).<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Un elemento
esencial de su poesía es el conflicto proveniente de su condición de extranjero
y, por tanto, desgajado de sus orígenes. Y de ahí la ajenidad en relación con
el mundo que le rodea, y la errante condición que le lleva a tener el viaje y
el camino como referentes fundamentales. El poeta yerra, recorre espacios
(símbolos una vez más del vacío genésico), ya sea por tierra o por mar; y en la
tierra está presente el desierto (arena, dunas), y en el mar la inmensidad del
agua. Ese vagabundeo no deja de ser un éxodo permanente; de ahí que carezca de
un lugar propio, de ahí “la ausencia de lugar”. ‘La voz extranjera’ toma presencia
en varias composiciones, y en el poema <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
extranjero</i> afirma: “El extranjero tiene dificultades para que le entiendan
/ Le reprochan gestos y lengua / Y por su paciente cortesía / cosecha insultos
y amenazas” (recogido en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La corteza del
mundo, 1953-1954)</i>. O en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El peregrino</i>:
“La tierra aprendida es una prisión / Los barrotes son los caminos contados”
(de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El centro de la sombra, 1955</i>).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">El sufrimiento,
la violencia, la muerte, también transitan su obra. Así ocurre en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canciones para el almuerzo del ogro</i>, poemas
escritos entre 1943 y 1945; composiciones en las que parece inspirarse en los
padecimientos sufridos por los judíos en la Shoah. “La tierra ignora a la
tierra / y el corredor agotado // se derrumba al borde del cielo” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canción de de la serpiente con lunares</i>);
y una vez más el motivo del forastero: “Con las piedras, un mundo se
reconcome<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>/ por ser, como yo, de ninguna
parte” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canción del extranjero</i>); y
abiertamente el acabamiento: “Mis dientes buscan una boca menos vacía / en la
tierra o en el agua, / en el fuego. / El mundo es rojo. //…// Los jinetes de la
muerte me llevan. / He nacido para amarles” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Canción del último niño judío</i>). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">En
contraposición a lo anterior, el amor, la emoción, el anhelo hacia esa mujer, a
la que celebra (“Hermosa… / de pies de sed por el agua calzados / Desmelenada
nunca más desnuda...”), así mismo configuran su obra. En varias composiciones
se dirige a esa mujer –a la que percibe en ocasiones con el cabello libremente
suelto– como una instancia salvadora frente a la desolación de la nada. “Basta
que un seno ruede en un pozo para que todas las aguas sean femeninas” (de los
poemas en prosa de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tres chicas de mi
barrio 1946-1947</i>). En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La sed del mar</i>,
poema contenido en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La voz de tinta (1949)</i>,
se dirige a un tú mujer, con todos sus atributos, sus identidades, sus
referentes, a quien expresa su deseo de que llegue a él: “el polvo levantado
del viento / aullando tu nombre / mi nombre”; y además, en esta ocasión, usando
un lenguaje claro y sencillo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Con la anáfora
como recurso repetido, con el referente iterativo en la naturaleza, con el
apóstrofe apasionado hacia la mujer, construye alguno de sus poemas amorosos
más intensos, como ocurre en el extenso poema <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El fondo del agua</i> de 1946. “Hablo de ti /…/ Hablo de ti / Una
multitud responde /…/ Y sin embargo / el silencio mata como la muerte.” Y
avanzando insiste: “Nada / sino la atracción del día sobre una sombra encerrada
/…/ Nada / sino la caída del fuego / sobre una semilla de cristal.” Para
concluir gozoso y contundente: “Hablo / para el viento en el mar /…/ para la
sal en las raíces /…/ para que dure el gesto /…/ Sólo / para clavarte viva / a
mi lado.”<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;"><br /></span></span></div>
<span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif; text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif; text-align: justify;"> </span>De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-20841052698643258142019-03-12T05:53:00.002-07:002019-03-13T10:28:56.655-07:00Gilgamesh<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe3LQM96zNOmZjltiLu0khLH_TKsJYibujUliLDWVJnd0pYDYNOVGQ4JDrnCESXLOjMMsnl0fGnCu-G0AkNkQG3bdBe-PVbkR7p7OUGKtmOXqfpl7EfEtIUuV6ruD5BYyk75N2xq6Oigs/s1600/Gilgamesh3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="292" data-original-width="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhe3LQM96zNOmZjltiLu0khLH_TKsJYibujUliLDWVJnd0pYDYNOVGQ4JDrnCESXLOjMMsnl0fGnCu-G0AkNkQG3bdBe-PVbkR7p7OUGKtmOXqfpl7EfEtIUuV6ruD5BYyk75N2xq6Oigs/s1600/Gilgamesh3.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="color: #0b5394;">Gilgamesh, Palacio de Sargón II, Museo del Louvre</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br />
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">Entre los días 8
de febrero y 3 de marzo se ha representado en la sala Jardiel Poncela del
Centro Cultural de la Villa (Madrid) la obra Gilgamesh, basada en el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poema de Gilgamesh</i>, considerado como la
primera de las epopeyas literarias de la civilización. Su protagonista era el
rey sumerio histórico-legendario Gilgamesh, que pudo reinar en la ciudad de
Uruk en torno al 2750 a C. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">La obra, basada
en un disperso material épico sumerio, fue fijada ya en época acadia o
paleobabilónica como tal epopeya en un largo poema de doce cantos recogidos en otras
tantas tablillas. Nos han llegado también versiones asirias posteriores de las
que incluso se conoce el nombre de sus<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>compiladores o adaptadores. Los poemas sumerios originarios recogen dos
ciclos poéticos, el de Enkidu (personaje fabulado) y el de Gilgamesh (personaje
legendario pero de historicidad fundada). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">En el poema se
reflejan temas intemporales y de carácter universal como pueden ser la
aventura, la guerra, la religión, la amistad, el dolor, el miedo, la vida y la
muerte, la fama y la gloria, la relación del hombre con la naturaleza, la
búsqueda de la inmortalidad, la resignación ante el destino del hombre. El
poema en su proceso de fijación pasa por diversas etapas. Desde la primitiva
sumeria, donde el tono mágico y religioso se haya presente; la posterior
paleobabilónica, en la que se abordan los más altos asuntos –búsqueda de la
vida eterna– desde intereses plenamente humanos; hasta la versión asiria, más
centrada en cuestiones que afectan al hombre, ya sean tanto de índole cotidiana
o moral como trascendente. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">La acción –aparte
de en los espacios externos donde se llevan<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>a cabo las aventuras, como el Bosque de los Cedros, donde se combate y
vence a Humbaba– se centra en la ciudad de Uruk (en la que –salvo futuros
descubrimientos arqueológicos que lo refuten– se origina la primera escritura, la
cuneiforme). Ha de destacarse también el viaje al país de Dilmun, a la búsqueda
de la inmortalidad, y la visita que Gilgamesh hace al Mundo Inferior en las
tablillas X y XI, ello no siglos sino milenios antes de que Dante paseara de la
mano de Virgilio por el Infierno.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">Existen diversos
planos: el divino, con toda la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cohorte
de dioses: Anu, Enlil, Ea, Inanna, Nergal, Ninsun (la madre divina de
Gilgamesh), los anunnaki; el heroico-mítico con Gilgamesh, Enkidu, Utnapishtim
(el Ziusudra sumerio), Humbaba, el Toro Celeste; o el humano, con la hieródula (prostituta
sagrada que inicia a Enkidu en el amor), o algunas vagas referencias a personajes populares. Los ámbitos eidéticos se articulan en torno a lo
civilizatorio (Gilgamesh), lo natural (Enkidu), y los condicionantes humanos. Las
fases del poema siguen las secuencias: tiranía del déspota; civilización de lo
salvaje mediante el amor humano; la amistad y su valoración; el espíritu de
aventura; el desafío a los dioses, combatiendo –y dando muerte– a sus criaturas;
la muerte como castigo; la búsqueda de la inmortalidad y su imposibilidad; la
resignación ante el destino. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">Ciertamente en
la puesta en escena se pierden ideas, concepciones o matices de un texto tan
complejo como el original, si bien se debe reconocer que la representación
dramática del poema sigue bastante fidedignamente el desarrollo del mismo. Y puede
que no sea esencial entrar en consideraciones del tipo de si se debería
haber depurado la versión escénica a fin de homogeneizar la
terminología usada, </span></span><span style="color: #0b5394; font-family: "times new roman" , serif;">dada la profusión de nombres sumerios empleados: Anu, Enlil, etc.</span><span style="color: #0b5394; font-family: "times new roman" , serif;">; y así, en lugar de mencionar al acadio Shamash (dios
del sol) nombrar </span><span style="color: #0b5394; font-family: "times new roman" , serif;"> </span><span style="color: #0b5394; font-family: "times new roman" , serif;">al sumerio Utu; o en
vez de la constante presencia de la diosa asirio-babilónica Isthar, citar a su
predecesora, la sumeria Inanna; (las alusiones al</span><i style="color: #0b5394; font-family: "times new roman", serif;"> akitu</i><span style="color: #0b5394; font-family: "times new roman" , serif;">, festividad del año nuevo, tienen sus referentes tanto en la
época sumeria como en la celebración en honor del dios babilónico Marduk).</span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">Mas si la
temática sigue en buena medida la contenida en el original en esta
escenificación, es evidente que algún asunto se desliza de una manera un tanto
espuria. Resulta bastante inverosímil que en un texto del tercer milenio antes
de Cristo –al menos los primeros poemas lo son– se presente de una manera
abiertamente explícita el tema de la homosexualidad, como se nos pretende
mostrar en la pieza dramática al proponer sin ambages la relación erótica entre
Gilgamesh y Enkidu. Hay cuestiones que no deberían plantearse –por muy tentado
que se esté a dejarse arrastrar por lo que sólo el interés personal vislumbre como
una ocasión propicia–, al menos si se quiere mantener una cierta coherencia y
una mínima honestidad intelectual.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">No obstante, a
pesar de esta objeción, es elogiable que en estos tiempos se haya llevado a
cabo la teatralización de una obra tan esencial de la cultura universal. Obra
en la que ya se recogen todos los motivos que a lo largo de la historia se han
ido planteando en las más elevadas manifestaciones de la creación literaria. Es
una apuesta arriesgada en un panorama cultural en el que se deambula entre la
banalización consumista y la castradora corrección política, censora de
cualquier manifestación incómoda para las ideas dominantes.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;">Los
condicionantes escenográficos –pequeño espacio, carencia de decorado– hacen que
la imaginación haya tenido que agudizarse en la dirección escénica: así la luz,
la música, la danza, el vestuario, la utilería, etc. han contribuido a llenar
ese espacio desnudo de la más mínima tramoya. Es de reconocer el esfuerzo –vocal,
físico, gestual– con que se han empleado los actores –algunos representando a varios
personajes–, en especial el trabajo más que solvente del que encarna a
Gilgamesh; aunque también habría que señalar las limitaciones tímbricas del que
da vida a Enkidu, el más flojo sin duda del elenco.</span></span><br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #0b5394;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span><span style="color: #0b5394;"><span style="font-family: "times new roman" , serif; text-align: right;">© Copyright Rafael González Serrano</span></span></div>
</div>
</div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-52056879537648034862019-01-21T11:35:00.002-08:002019-05-30T15:19:21.088-07:00John Ashbery: Autorretrato en espejo convexo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp1-WV5_EfdIMQuAihLCCGLjEh3HVPhprY9agGJ0EoSUb-d3l9L02Hp3jxn41iVD8_STWo-1xJ5AlOOmJyWVArQnUVV36-NHX4qwMJgg4anzjfAjrtZh2GLJTr3r2FUOLqcRCdBTyHvf8/s1600/John+Ashbery3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp1-WV5_EfdIMQuAihLCCGLjEh3HVPhprY9agGJ0EoSUb-d3l9L02Hp3jxn41iVD8_STWo-1xJ5AlOOmJyWVArQnUVV36-NHX4qwMJgg4anzjfAjrtZh2GLJTr3r2FUOLqcRCdBTyHvf8/s1600/John+Ashbery3.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Nacido en Nueva
York en 1927 publica <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Autorretrato en espejo convexo</i></b> en
1975. Anteriormente habían aparecido poemarios como <i><b>El juramento de la pista de
frontón</b></i> (1962), <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ríos y montañas</i></b> (1966) o <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El doble sueño de la primavera</i></b>
(1970); posteriormente verán la luz <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una ola</i></b> (1984), <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La tormenta de hielo</i></b> (1987), <b><i>¿Oyes, pájaro?</i></b><i> </i>(1995), <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Susurros
chinos</i></b> (2002) o <b><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un país mundano</i></b> (2007). Autor
también de libros en prosa y traducciones morirá en Nueva York en 2017. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">La obra <b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Autorretrato
en espejo convexo</i></b>, en su edición original, consta de varios poemas,
incluido el que da título al libro. Hay una edición española que se ajusta a
esta versión, pero, dado que la composición central es lo suficientemente
extensa –casi seiscientos versos– y compleja, utilizaremos la publicación en
español que sólo recoge dicho poema ciñéndonos a la lectura de ese único poema.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">El cuadro
homónimo del <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Parmigianino</i> (Francesco
Mazzola), le sirve de referente para plasmar toda una serie de temas y
registros. Así inicia el largo poema con un tono descriptivo: “Como hizo el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Parmigianino</i>, la mano derecha / más
grande que la cabeza, adelantada hacia el espectador / y, replegándose
suavemente, como para proteger / lo que anuncia.” Y pasa a analizar la mirada y
lo que existe detrás de ella: “el alma es un cautivo… // mantenido en suspenso,
incapaz de avanzar hasta mucho más allá<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>/ de tu mirada.” Nos muestra el alma encerrada en la imagen: “Ahí
seguirás, intranquilo, sereno en / tu gesto que no es abrazo ni aviso / pero
que encierra algo de ambos en pura / afirmación que no afirma nada.” <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Mas en la
observación también se percibe la futilidad de lo reflejado, la inanidad que
habita tras una mirada aparentemente escrutadora: “Veo tan sólo el caos / de tu
espejo redondo que lo organiza todo / en torno a la estrella polar de tus ojos
que está vacíos, / no saben nada, sueñan paro nada revelan.” Si bien que el
sueño es uno de los vectores que conforman la existencia y gracias a él podemos
encontrar la belleza de las formas: “Las formas conservan / una fuerte dosis de
belleza ideal, porque / las nutren nuestros sueños.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Lo meditativo
convive con la introducción de diversas voces y perspectivas: así utiliza
referencias y citas de Vasari, Freedberg, Berg, que le sirven e de excusa para
reflexionar sobre el arte en sus distintos periodos, así como para desvelar
cuáles puedan ser las confluencias y contrastes con el presente. Todo ello
constituye un mosaico de diálogos que trata de reproducir las propias
interioridades de la mente humana.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Entre el pintor
autorretratado y el espectador se llega a producir un juego de miradas donde no
se sabe muy bien quién es realmente el observado: “Lo hemos sorprendido /
trabajando, pero no, él nos ha sorprendido / mientras trabaja.” Se puede pensar
que el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Parmigianino</i> nos está mirando pero,
en una nueva consideración sobre nuestras diferentes perspectivas, se podría
también afirmar que se estuviera mirando a sí mismo, por eso uno se sentiría
“confundido por un momento / antes de darte cuenta de que el reflejo / no es el
tuyo.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">El tiempo es
inaprensible en un presente que se escapa a todo intento por controlarlo
racionalmente: “El mañana es fácil, pero el hoy está inexplorado, / desolado,
reacio como cualquier paisaje / a rendir lo que son las leyes de la
perspectiva.” Sin embargo, ese presente sí que nos atrapa en sus redes –en
tanto que avistamos un futuro siempre postergado y que no llega nunca–; y por
eso “del presente estamos escapando siempre / y volvemos a caer en él”. Se
presenta la vida como un ineluctable presente continuo al que estar sometidos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">La contradicción
y conflicto entre las cosas existentes de la realidad (sobre todo en su
esencialidad) se constata porque “el principio de cada cosa individual es /
hostil a todas las demás y existe a costa de ellas”; e, incluso, el amor carece
de finalidad y de él sólo podemos afirmar su desconocimiento, puesto que del
amor “sabemos que no puede intercalarse entre dos momentos adyacentes, que sus
meandros / no llevan a ninguna parte… // y que [ellos] desembocan en una vaga /
sensación de algo que no puede conocerse nunca”. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , serif;"><span style="color: #660000;">Lo reflexivo, el
tono introspectivo, se funden con una expresión discursiva, con referentes
metaliterarios, con excursos explicativos. Su flujo poético se cimenta en
visiones de la realidad que, a su vez, se transforma y puede incluso
desaparecer; parece como si fuéramos imágenes de un recuerdo, de algo que pudo
haber sido; o actores involuntarios de un sueño. El propio poeta afirma que se
actúa sin ser consciente, movido por la necesidad que sortea nuestras
resoluciones para “crear algo nuevo / por su cuenta.” La poesía de Ashbery se
sustenta en algo inaprensible, ya que ni él mismo puede explicar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“la razón de que todo haya de reducirse a una
sola / sustancia uniforme, un magma de interiores.” <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif; text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif; text-align: justify;"> </span>De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-89486158005517077982018-10-06T12:08:00.000-07:002019-05-30T15:22:11.883-07:00Jules Supervielle: El forzado inocente<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqq7K3hjEZHMNdtk40gictsT_Mq0cTzfoBzvnXVfacH66YwnjTYusZh3CsJ2LtLHV2grY1ZD6SfrjhUxRGCWjxhQcQ4pF2VSIV2wviQOB-7dmcNARYnjejGsc6qtugpdU_JxaIk2S7NMw/s1600/Jules+Supervielle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="183" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqq7K3hjEZHMNdtk40gictsT_Mq0cTzfoBzvnXVfacH66YwnjTYusZh3CsJ2LtLHV2grY1ZD6SfrjhUxRGCWjxhQcQ4pF2VSIV2wviQOB-7dmcNARYnjejGsc6qtugpdU_JxaIk2S7NMw/s200/Jules+Supervielle.jpg" width="137" /></a></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">Jules
Supervielle (Montevideo, 1884) publica <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
forzado inocente</i> en 1930. A pesar de su lugar de nacimiento, sus orígenes
son franceses por serlo sus padres, aunque quedó huérfano a los ocho meses y
fue criado por sus tíos. Además, toda su producción literaria será en francés.
Ya había publicado antes <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poemas</i>
(1919), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Muelles</i> (1920) o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Gravitaciones</i> (1925), aparte de otros
libros juveniles. Le seguirán <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Amigos
desconocidos</i> (1934), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La fábula del
mundo</i> (1938), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Memoria olvidadiza</i>
(1949) o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El cuerpo trágico</i> (1959).
Autor también en prosa escribió obras teatrales, memorias o novelas como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El hombre de la pampa </i>(1923), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El ladrón de niños</i> (1926) o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El superviviente</i> (1928). Murió en Paris
en 1960.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">El
forzado inocente</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">
consta de diez secciones de diversa extensión. Dos de ellas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>–<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Oloron-Sainte-Marie</i>
y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asir</i>– fueron publicadas como libros
independientes en 1927 y 1928. La temática varia de una sección a otra: así la
muerte se halla presente en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Oloron-Sainte-Marie</i>,
la imposibilidad de la posesión en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asir</i>,
el misterio y el anhelo de vivir en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Detrás</i>
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">del</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">silencio</i>, el aspecto conflictivo de la identidad en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rupturas</i>, la angustia en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miedos</i> o la confrontación con el mundo
adulto en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La niña recién nacida</i>. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">Ya desde el
título se asiste a la armonización de contarios (el oxímoron de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El forzado –o “condenado” o “culpable”–
inocente</i> está constituido por una pareja de antónimos, como también ocurre
en algún otro libro suyo como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Amigos
desconocidos</i>). Y así se inicia el extenso poema –<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El forzado–</i> que da inicio a la primera sección: “Ya sólo veo el día
/ a través de mi noche.” Lo cotidiano y la naturaleza –objetos, ríos, montes,
árboles<i style="mso-bidi-font-style: normal;">–</i> o el propio hombre y su
espacio más íntimo, el corazón, se hallan entre sus cuestiones, pues un poeta
de las preguntas. Y le reclama a la piedra –ese “falso hueso de la tierra”<i style="mso-bidi-font-style: normal;">–</i> que busque dentro de ella y le
transmita su poder, en esa búsqueda de algo inmutable frente a tanto signo de
lo perecedero, pues hasta el astro diurno “sólo tiene la noche como fin” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sol</i>).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">En la segunda
sección, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asir</i>, el deseo de tomar y
retener –ya sea un objeto, el tiempo, una situación, un espacio o el mismo amor<i style="mso-bidi-font-style: normal;">–</i> está destinado al fracaso pues siempre
escapará: “Asir, asir, la tarde, la manzana y la estatua, / asir la sombra / el
muro y el final de la calle…”, para concluir: “Manos, os gastáis / en este
juego grave. / Será preciso un día / cortaros, cercenaros” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asir</i>). Y no menos doloroso se muestra el
recuerdo del amor: “Tan lejos de ti estoy en esta soledad / que para
acariciarte / uno por un momento la muerte con la vida.” La búsqueda llevada a
cabo se muestra estéril: “Busco a mi alrededor más sombra y suavidad / de las
que se precisa para ahogar a un hombre / en el fondo de un pozo.” La actitud
escéptica del poeta se resuelve en ocasiones en una postura estoica: “No vuelvas
la cabeza… // No te muevas y espera a que tu corazón / se despegue de ti como
pesada piedra.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">La muerte es la
temática central del conjunto de poemas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Oloron-Sainte-Marie</i>.
Por “la ciudad de mi padre” deambula el poeta (en esa ciudad murieron sus padres
cuando contaba pocos meses) buscando a esos “muertos de andares secretos”; esos
muertos que han “acabado ya con los labios, sus razones y sus besos.” Mas en
ellos encuentra una clara identidad con los vivos: “Nada es más cierto en
nosotros<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>/ que el frío que se os parece”
(<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Oloron-Sainte-Marie).</i> Aunque también
les apela para que no se inmiscuyan en los asuntos de los vivos: “No os
entremezcléis en nuestros pensamientos / como la sangre fresca en las bestias
heridas” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Súplica</i>).<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> <o:p></o:p></i></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">La búsqueda de
la identidad, el distanciamiento y la pérdida de uno mismo, constituyen los
motivos del apartado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rupturas</i>. La
duda sobre el propio yo se haya presente: “Soy yo quien está sentado / en el
talud de la noche?”; y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Despertar</i>
afirma que “Se instala el día a mi lado / pero me emplaza el olvido. / Cuando
me acerco al espejo / no encuentro nada de mí.” Aunque apela a otros yos, como
los de los diversos lugares vividos, cree que logrará alcanzar la identidad a
través de una voz que lo reconozca; mas esa voz “que me prometía un rostro y
unas manos” calla. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">Si la distancia,
la ausencia, nos constituyen, también los temores nos habitan (como en la
sección <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Miedos</i>). Y la inquietante
ambigüedad del pronombre “lo” hay que rechazar:”No hay que decirlo / ni
siquiera nombrarlo” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lo</i>); ese “lo” es
lo repudiable, ahí donde no hay ni que “acercarse”. Frente a ese lugar de la
desazón defiende con orgullo el espacio de la soledad: “Dejad el cuerpo de este
hombre en paz / jamás vosotros encontraréis / las lejanías que están el él.”
Mas para encontrar una salvación habrá que adentrarse por los territorios de la
certeza –que siguen a los del misterio–, y que bien pueden adivinarse cuando se
cruza el umbral de la noche. Sobre ello versa el apartado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Detrás del silencio</i>: “Creemos coger una mano [cuando] nos
inclinamos hacia la aurora”; pues en el amanecer cabe albergar la esperanza:
“Se alza el día sobre el puerto / y arrastra el mundo tras él /…/ Me he mantenido
con vida en la noche viscosa.” <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">Más volcado
hacia el mundo externo, reivindica en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las
Américas</i> una América virgen<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>–“Devolvedme la América / del Atlántico y el Pacífico / y su gran cuerpo
al viento”– frente a una “América convertida / en frágil mano de piedra /
separada de una estatua” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Metamorfosis</i>).
Y aboga por lo primigenio y no hollado: “Yo busco una América ardiente y
umbrosa /…/ con unos océanos que la toquen de cerca.” Pero en el apartado <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La niña recién nacida </i>vuelve a mostrar
el poeta sus recelos hacia el mundo adulto, que supone una amenaza para la
inocencia infantil: ante las miradas extrañadas, la niña les insta a “que se
vayan, que se vayan / a su país de ojos fríos”; e intuye que tiene “que poner
orden / entre todas las estrellas / que tengo que abandonar.”<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;">Supervielle
explora las contradicciones de la existencia humana para intentar armonizarlas,
así como sus oscuridades para tratar de iluminarlas. A una afirmación le sucede
una cuestión; la duda es su certeza pues no parece creer en respuestas
categóricas, definitivas. Busca conciliar los contrarios. La imagen es su
herramienta recurrente, usando a veces asociaciones de imágenes que pueden
resultar peculiares, pero cuya finalidad es estar al servicio del proceso
poético. Y si en sus poemas tiene que abordar variadas contradicciones y
generar la sucesión de preguntas que la dinámica escritural reclama no rehúye
llevar a cabo tamaño esfuerzo creativo.</span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="text-align: right;"><br /></span></span></span></span>
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span> </span></span></span><span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif;"> </span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-6494993160420581212018-06-26T08:16:00.000-07:002019-05-30T15:17:03.571-07:00Yves Bonnefoy: Principio y fin de la nieve<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFdYaFwU9hDKECSHF3XOoRZ-TpMw5Z83fLNXu0QxQVYT2rdW_kt3nDWr1_2GQEOQcIXC_UtiGM6Cx4E7UIJGsLJsyyJo8Eqd8V-tYvOkfmRxnzPuhORMMS7-H2wUvW8huCOzc1J81d6DA/s1600/Yves+Bonnefoy3-bis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="319" data-original-width="237" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFdYaFwU9hDKECSHF3XOoRZ-TpMw5Z83fLNXu0QxQVYT2rdW_kt3nDWr1_2GQEOQcIXC_UtiGM6Cx4E7UIJGsLJsyyJo8Eqd8V-tYvOkfmRxnzPuhORMMS7-H2wUvW8huCOzc1J81d6DA/s200/Yves+Bonnefoy3-bis.jpg" width="148" /></a></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Publica Yves
Bonnefoy (Tours, 1923) <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Principio y fin de
la nieve</i> en 1991 cuando ya poseía una larga trayectoria poética. Había
publicado con anterioridad <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Del movimiento
y de la inmovilidad de Douve </i>(1953), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Desierto
ayer reinante</i> (1958), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Piedra escrita</i>
(1965), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En la trampa del umbral</i>
(1975), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lo que no tenía luz</i> (1987); posteriores
son poemarios como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las tablas curvas</i>
(2001) o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La larga cadena del ancla</i>
(2008). Autor también de un extenso número de libros de narrativa, ensayo literario,
estudios sobre arte, traducciones o un diccionario en cuatro tomos sobre
mitología, recibió diversos premios, falleciendo en Paris en 2016.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">Principio
y fin de la nieve</span></i><span style="font-family: "times new roman" , "serif";">
se estructura en cinco partes. La primera <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
gran nevada</i> está constituida por quince poemas, la mayoría de ellos
titulados; la segunda, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las teas</i>,
consta de un solo poema; así mismo la tercera, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hopkins Forest</i>, consiste en un único extenso poema; la cuarta, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todo, Nada</i>, son tres poemas numerados; y
la quinta, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La única rosa</i>, contiene
cuatro poemas también con numeración.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">Bonnefoy crea un
espacio donde la nieve es protagonista, constatando que esa nieve y la
totalidad de lo que la rodea –es decir, la realidad– están en la propia
experiencia del autor. “Temprano, esta mañana, la primera nevada. El ocre, el
verde / se refugian debajo de los árboles.” La voz poética mira y describe las
cosas que le rodean, para así constatar el ámbito de lo real. Mas lo que se ve
puede también ser origen de confusión ya que “las sombras y los sueños tiene el
mismo peso.” El sueño es un elemento recurrente en el poemario, así se
preguntará “¿Por qué clarearán / ciertas palabras / cuando una sólo es noche /
y la otra un sueño?” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">De natura rerum</i>).
<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">La levedad de la
nieve simboliza el retorno a una inocencia primigenia, donde poder decir sin
que las palabras se encuentren contaminadas por su carga significativa, y así
acudir al reencuentro con un tiempo ilimitado: “A ese copo / que en mi mano se
posa, le deseo / asegurar lo eterno / haciendo de mi vida y mi calor, /… /
simplemente un instante: este mismo, sin límites” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un poco de agua</i>). <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">A la par, la
imagen de la levedad de la nevada instaura un “desanudarse el cielo” para que
así se pueda captar la transcendencia de lo existente, precisamente por lo que
la transparencia, es decir, la simultaneidad de la presencia y la ausencia,
pueda significar. En referencia a Aristóteles el autor afirma que “lo que vale
es la transparencia”; y eso hay que expresarlo “en frases que resuene como un
rumor de abejas / o como un agua clara.”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">En el puro acto
de la designación de las cosas elementales puede surgir la tentación de
abandonar ese mundo observado; de aquí que Bonnefoy –en primera persona y como
contraposición–, muestre también la pesadez, simbolizada en ese “hierro
roñoso”: “Avanzo. Pero al hierro / roñoso se me engancha / la bufanda, y se
rasga / en mí el paño del sueño” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
jardín</i>). Una experiencia de la plenitud no sería posible mediante una
evasión de la realidad, aunque el sueño no le abandone a lo largo de aquella. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las teas</i> establece un paralelismo entre
nieve y palabra, presentando la escritura como fuego surgido en la palabra,
para concluir: “¿Pero acaso sabemos / si oímos tal palabra o la soñamos?”
También en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hopkins Forest</i> se halla
esa identificación: “Igual que una nevada, / yo pasaba las páginas.” Aunque
reconoce que la realidad ha sido agredida por el lenguaje (ese “mundo que el
lenguaje ha devastado”). La conflictividad que reconoce entre esos dos ámbitos,
puede resolverse en ese espacio, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Hopkins
Forest</i>, donde “este suelo se abre / al infinito”, para que ya no haya “ni
arriba ni abajo.”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">El
reconocimiento de las cosas comporta un mayor grado de conciencia de la
realidad, abriéndose así a la vida; lo que supondría una manera de decir “que
ya no se estuviese en el lenguaje solo.” La referencia a la nieve en primavera
es, a la par, a la renovación de la vida donde “el niño / es el progenitor de
quien lo toma / en sus manos de adulto una mañana y lo alza / en el
asentimiento de la luz” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todo, Nada, I</i>).
Ofrenda pues a ese renacimiento. Y afirmación: “Sí a escuchar, sí a hacer mío /
ese venero, el grito de alegría palpitante.”; aunque “el temblor de la alegría
en la escritura<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>es / sólo una sombra,
acaso la más clara, / en palabras que siguen recordando” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todo, Nada, II</i>).<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">El reencuentro
con lo existente se muestra en los cuatro poemas que constituyen <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La única rosa</i>, en los que se narra, por
parte de la voz poética, una secuencia en la que se describe la vuelta a una
ciudad y el reconocimiento de los lugares identificados con la infancia,
constatando “el ruido de las abejas / en el ruido de la nieve” (las abejas son
recurrentemente un signo de lo real a lo largo del poemario); y lo que decían
las abejas “parecen reflejarlo las infinitas lámparas”. Aunque de nuevo la duda
le haga sospechar que está “durmiendo, y sueñe, y vaya por caminos de infancia”
(<i style="mso-bidi-font-style: normal;">La única rosa, III</i>). Y que del
encuentro con la realidad se concluya que “la nieve pisoteada es la única
rosa.”<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000; font-family: "times" , "times new roman" , serif;">La experiencia
de la plenitud al fin es posible precisamente debido al ejercicio de escritura
llevado a cabo por la voz poética, a ese encuentro que se efectúa entre la
“nieve” y la “palabra”; ya que sólo lo escrito se proyectará más allá de la existencia efímera de las cosas. Frente a la presencia eventual de una nevada,
Bonnefoy ofrece la permanencia del poema: “Nieve / que has cesado de dar, que
ya no eres / la que viene sino la que en silencio / espera… / hemos notado, en
los cristales / empañados… / tu resplandor sobre la mesa grande” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las teas</i>). Un libro sobre la búsqueda y
el hallazgo, con la iluminación del verbo, pues, en palabras del autor, “para
el que busca, incluso si sabe que ningún camino le guía, el mundo en torno será
una morada de signos.”</span></span><br />
<span style="font-family: "times new roman" , "serif";"><span style="color: #660000; font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-89350839414529710812018-03-28T12:03:00.000-07:002018-03-29T17:17:20.021-07:00Tadeusz Różewicz: Inquietud<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLEHltIzxhfFZKjEcT7ktC5GIfcH4hG2D8q6m_B1NzWDJh3GAchQcUMPZUsyYqZi2CJobCXzm3PeKlDWEKkoLGvM6HbslYltDouax11LuhhltSVpq7cx1Ddvpn9x56Ztl9VNZoUbXyxtM/s1600/Tadeusz+Rozewicz0.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="214" data-original-width="160" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLEHltIzxhfFZKjEcT7ktC5GIfcH4hG2D8q6m_B1NzWDJh3GAchQcUMPZUsyYqZi2CJobCXzm3PeKlDWEKkoLGvM6HbslYltDouax11LuhhltSVpq7cx1Ddvpn9x56Ztl9VNZoUbXyxtM/s200/Tadeusz+Rozewicz0.jpg" width="149" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif";">En 1947 publica Tadeusz Różewicz
(Radomsk, Polonia, 1921) su libro de poemas, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Inquietud</i> (según otras traducciones, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ansiedad</i>). Antes había dado a la luz su primer libro de poemas, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los ecos del bosque</i> en 1944,</span><span style="font-family: "Helvetica","sans-serif"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">
</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif";">Luego vendrían <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El guante rojo </i>(1948), <i>La llanura</i>
(1954), <i>Conversación con el príncipe</i> (1960), <i>La voz anónima</i>
(1961), <i>El rostro tercero</i> (1968), <i>Regio</i> (1969), <i>Una pobre alma</i>
(1976), <i>En la superficie del poema y en su interior</i> (1983), <i>Deslumbramientos</i>
(1987), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Siempre un fragmento</i> (1996), etc.
Dramaturgo también, escribió piezas teatrales como <i>El fichero </i><span style="mso-bidi-font-style: italic;">(1968),<i> La vieja dama espera sentada </i>(1969),
<i>Matrimonio blanco</i> (1975) o <i>En el foso</i> (1979). Murió en</span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> Wrocław en 2014.</span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span><span style="color: #660000;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Inquietud</span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">, aparecido tras la Segunda Guerra Mundial, es en gran
medida tanto una reflexión como una respuesta a los horrores de los que había
sido testigo. Tiene la certeza de haber vivido “un fin del mundo”, y al verse
salvado no puede evitar el preguntarse sobre esta experiencia límite. Así
ocurre en su poema <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Salvado</i> donde escribe:
“Tengo veinticuatro años / me salvé / cuando me llevaban al matadero. // Estos
son hombres vacíos y unívocos: / el hombre y la bestia / el amor y el odio / el
enemigo y el amigo / la obscuridad y la luz”. Da igual apelar a las virtudes
que a las maldades porque “las nociones son sólo palabras”. La salvación se
hallaría en el encuentro con un guía ético: “Busco a un preceptor y maestro /
que me devuelva la vista el oído el habla /… / que separe la luz de la
obscuridad.”</span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="color: #660000;">Pero el poeta no se excusa y, recordando su pasado
reciente, su propia vivencia,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no sólo se
considera víctima sino también culpable: “tengo veinte años<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>/ soy asesino / soy un instrumento / tan
ciego como la espada / en la mano del verdugo.” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lamento</i>).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El sujeto poético
no encuentra un receptor superior –aunque lo busca como quedó señalado–; y una
negación tan absoluta le obliga a intentar acercarse al ser humano que sufre,
ya que otra posibilidad no sería sino la desesperación. </span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="color: #660000;">El sentir religioso es otro tema que aparece en sus
composiciones aunque sea con un significado negativo de refutación, como
evidente consecuencia de las atrocidades observadas y padecidas: “No creo en la
transformación del agua en vino / no creo en el perdón de los pecados / no creo
en la resurrección del carne” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lamento</i>);
o como constatación de las monstruosidades infligidas a la inocencia, ya que
“engañaron”, “escupieron”, “condenaron”, “colgaron”… a ese “cordero blanco / que
quitaba / los pecados del mundo” (<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Blancura</i>,
en clara referencia al <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Agnus Dei qui
tollis peccata mundi</i>). <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"></span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="color: #660000;">Los
horrores de la guerra, las crueldades de la historia, reaparecen una y otra
vez, estando presentes en diversos poemas como <i>Trencita</i> (“Bajo los
vidrios limpios / yacen los cabellos rígidos de los asfixiados / en las cámaras
de gas”), o <i>Testigo</i>: “Cómo es posible escribir / sobre el amor /
escuchando los gritos / de los asesinados y deshonrados / cómo es posible
escribir / sobre la muerte / mirando las caritas / de los niños.”</span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="color: #660000;">Mas
entre tanta miseria también reivindica la cruda verdad de la carne humana, de
la decadencia como espacio de creación poética, pues rechazando los pretéritos
valores estéticos se inclina por una ética desilusionada (el pesimismo existencial
se manifiesta con insistencia en este libro). Por ello considera que “el poeta
del basurero está más cercano a la verdad que el poeta de las nubes”. Y en el
poema <i>El cuento de las mujeres viejas</i> expone la vejez como contraste y
confirmación del estado del mundo tras la hecatombe de la guerra. En él afirma:
“Me gustan las mujeres viejas / las mujeres feas / las mujeres malas” porque
“son la sal de la tierra // no aborrecen / la basura humana.” En consonancia
con un tiempo en el que el mundo se ha convertido en un estercolero al haberse
derrumbado toda dignidad humana.</span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="color: #660000;">La
contraposición –o alternancia– ente la vida y la muerte también se haya
presente en varios poemas. Ya desde el inicio, en <i>Rosa</i>, las confronta:
“Rosa es una flor / o el nombre de una muchacha muerta.” O en <i>Rehabilitación
después de la muerte</i> en donde “Los muertos se acuerdan / de nuestra
indiferencia / los muertos se acuerdan / de nuestro silencio / los muertos se
acuerdan / de nuestras palabras”, pero al final, “los muertos no nos
rehabilitarán.” Sin embargo, la vida es antagonista de la finitud como un don
salvífico y genésico: “Después del fin del mundo / después de la muerte / me
encontré en medio de la vida”, y comienza a crear el mundo nombrando las cosas,
bien que “la vida humana tiene gran peso / el valor de la vida / supera el
valor de todas las cosas” (<i>En medio de la vida</i>).</span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="color: #660000;">Como
no podía ser de otra forma, la propia práctica poética es objetivo de sus
composiciones. Para censurar la actividad de ciertos colegas: “juegan //
olvidan / que la poesía contemporánea / es lucha por el aliento” (<i>Liberación
de la carga</i>); o cuestionar si tiene sentido hacer poesía en los tiempos
presentes: “Los poetas muertos / se van rápidamente / los vivos / arrojan / de
prisa / nuevos libros / como si quisieran tapar con papel / un hoyo” (<i>Desde
hace un tiempo</i>).</span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="color: #660000;">Pero
también reflexiona sobre su propia tarea creativa; dónde tiene su origen, cuál
es su viabilidad, qué valor pueda tener y qué finalidad conseguir. “De la
grieta / entre yo y el mundo / entre yo y el objeto / de la distancia / entre
el sustantivo y el adjetivo / intenta salir / la poesía” (<i>En el teatro de
sombras</i>). Y en el poema <i>Mi poesía</i> expone una especie de poética: “nada
explica / nada aclara / no renuncia a nada //… // obedece a su propia necesidad
/ a sus posibilidades / y limitaciones //… // abierta para todos / exenta de
misterio / tiene muchas tareas / que nunca podrá cumplir.” Propone, pues, una
poesía humilde, cotidiana, ética, franca y consciente de sus restricciones. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-spacerun: yes;"></span></span><span style="color: #660000;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; mso-bidi-font-style: italic;">Se ha
considerado a </span><span style="font-family: "Times New Roman","serif";">Różewicz<span style="mso-bidi-font-style: italic;"> como creador de una “antipoesía”, quizá en
una interpretación demasiado libre de una afirmación suya tan contundente como
que “la poesía está muerta”. Este categórico veredicto ciertamente se dirige a
una poesía del pasado, la de la palabra bella y metafísica. En el nuevo
quehacer, el de una poesía consustancial con la situación posbélica, debían
buscarse nuevos medios<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>acudiendo a una
palabra despojada de toda retórica y que vaya directa al tema, haciendo uso de
elementos como el monólogo interno, el diálogo, la descripción o, incluso, no
poéticos (las referencias, las citas de autores, etc.). En poemas austeros, sin
metro, rima, casi sin metáforas; despojados de cualquier ornamento, a fin de no
apartarse del objetivo de reflejar la pérdida de normas morales y de valores
sufrida por el hombre tras la devastadora contienda. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><o:p></o:p></span></span>
<br />
<span style="color: #660000; text-align: right;"><div align="justify">
</div>
</span><div style="text-align: right;">
<span style="text-align: right;"><span style="color: #660000; text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span></span></div>
</div>
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</div>
</div>
</div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-31888548814222021152018-01-29T01:30:00.000-08:002018-03-03T17:50:48.828-08:00Raymond Queneau: El instante fatal<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhz2Txo4RrfyL23e_PCRcmEmd-CWv-1XyIjsoEHm-bZpyZnj_aN-Vc7_hjO4_jhn_Apuq4v39Tqo-8frenEdfIRAwhi_jZphZ3BbB43EJbBatSYmp7_-b8NZV9QBwAegC1rdatYVS0PEGI/s1600/Queneau3-bis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="208" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhz2Txo4RrfyL23e_PCRcmEmd-CWv-1XyIjsoEHm-bZpyZnj_aN-Vc7_hjO4_jhn_Apuq4v39Tqo-8frenEdfIRAwhi_jZphZ3BbB43EJbBatSYmp7_-b8NZV9QBwAegC1rdatYVS0PEGI/s200/Queneau3-bis.jpg" width="156" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Raymond Queneau (El Havre, 1903),
publica <i>El instante fatal</i> en 1948.
Antes había dado a la luz poemarios como <i>Roble
y perro</i> (1937), <i>Los Ziaux</i> (1943);
y luego vendrán, entre otros, <i>Pequeña
cosmogonía portátil</i> (1950), <i>Si te
imaginas</i> (1952, donde reúne sus primeros libros, y con el título de sus más
famoso poema), <i>Cien mil millones de
poemas</i> (1961), <i>El perro con la
mandolina</i> (1965), <i>Batir la campaña</i>
(1968), <i>Moral básica</i> (1975) … Más
conocido como prosista, con títulos como <i>Zazie
en el metro</i> (1959) o <i>Las flores
azules</i> (1965), fue cofundador del Oulipo (Taller de literatura potencial).
Murió en Paris en 1976. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En este libro se recogen poemas
escritos entre 1920 y 1948, por tanto, de diversa naturaleza y características:
la inspiración surrealista, el juego verbal, la ironía, la angustia por el paso
del tiempo y la inevitable decadencia. Consta de noventa poemas divididos en
cuatro secciones: <i>Marina</i>, <i>Un niño ha dicho</i>, <i>Para un arte poético</i> y <i>El
instante fatal</i>.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La primera sección se inicia con
el poema que le da título, <i>Marina</i>,
con tonos abiertamente surrealistas: “los peces tienen bonitas cabezas / que hay
que desplazarlos con frecuencia / a causa de los destrozos que hacen en el
corazón de las medusas”; o “Los tiburones no se aburren / con la funda de un
colchón / fabrican hermosas sábanas / para los ahogados astutos”. En ocasiones
acude a la enumeración torrencial de versos con asociaciones inverosímiles:
“ciclámenes del amor en ropa de incidencia /… / sistros de los bailes a las
lunas nefréticas” (<i>Catálogo análogo</i>).
El juego verbal se plasma en la contracción de palabras –“mencuentro”,
“desdhace”–, en la aproximación al habla coloquial –“delomás”, “quetenga”,
“sesuicidó”–, incluso se extiende a las matemáticas –de las que era un apasionado–,
“Cuando Uno hizo el amor con Cero” (<i>Cisnes</i>).
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El humor es otro de los elementos
empleados con profusión en sus composiciones; no es sino una historia de humor
surreal <i>El archipiélago</i> donde se
describe la relación entre un archipiélago y un volcán. Y en algún otro poema
las asociaciones poéticas tienen un claro sesgo onírico; “Los carceleros rugen
de gozo cuando lamen las esposas / más frías que la campana de una iglesia”, y
que, con indisimulada evidencia, concluye con un “PROHIBIDO
NO SOÑAR” (<i>La torre de marfil</i>).
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En la segunda parte hay diversas composiciones
a modo de canción. “Un niño ha dicho / yo sé unos poemas / un niño ha dicho /
iosé unas poyeseías / … / si el poeta pudiera echar a volar / los niños
querrían / partir con él” (<i>Un niño ha
dicho</i>). Utiliza también el soneto –<i>Pinos, pinos y abetos</i>–, el juego de
palabras, “kualkierkosa” (<i>En el espacio</i>),
la repetición anafórica: “al casi casi de los cisnes / cantan los cañizales /
al casi casi de un pino / tañen dos campaniles” (<i>Los casi casi</i>). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El tercer apartado –<i>Para un arte poética</i>– contiene, en
consonancia con el título, una especie de poética no exenta, desde luego, de un
tono humorístico. Va desarrollándola a lo largo de los poemas –es esta ocasión
numerados–, ya desde el inicial: “Un poema es muy poca cosa / apenas algo más
que un ciclón en las Antillas / que un tifón en el mar de China / que un
temblor de tierra en Formosa…”, en donde la ironía no deja de ser paradójica; o
viceversa. En otro poema concibe la poesía como un acto pasional, involuntario:
“las palabras basta con amarlas / para escribir un poema / nunca se sabe lo que
se dice / cuando nace la poesía”. Aunque la angustia del poeta también está
presente en el proceso de la escritura: “heme aquí frente a la nada / a nada en
absoluto”. Incluso el escepticismo puede concitar la burla agresiva hacia un
abstracto receptor: “a / la / posteridad / le digo mierda y más que mierda / y
requetemierda /… / a la posteridad / que espera su poema”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La cuarta sección, <i>El instante fatal</i>, es la más extensa y
la más importante tanto formalmente como por el contenido. El poeta construye
toda una visión de la vida desde la muerte, o su proximidad en la senectud.
Unido a ello aparece también el tema del carpe diem. En <i>El</i> <i>instante fatal</i>, el
poema más estremecedor, articula una serie de versos en los que en una especie
de letanía al primero de cada serie de dos le responde un segundo en el que la
presencia de los muertos es incesante, obsesiva, ubicua: “Cuando entramos por
la boca y de través / en el imperio de los muertos // con nuestras verrugas nuestros piojos y
nuestros cánceres / como tienen todos los muertos // … // cuando el cuerpo esté
molido por la fatiga medular / que revienta a los muertos // y el cerebro
apolillado por tanto estilo gruyère / atributo de los muertos…” Y el poeta no
olvida que “siempre el instante fatal llega para distraernos”, incluso de esa
presencia insistente de los otros muertos para ofrecernos ineluctable la
propia. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El paso ineludible del tiempo se
muestra en el poema <i>Envejecer</i> (“Mi
juventud ha acabado / mi juventud se ha ido”), y especialmente en su poema más
famoso –que dio lugar a una canción de enorme éxito popular–, <i>Si tú te imaginas</i>: “Si tú te imaginas /
si tú te imaginas / chiquilla chiquilla… / que va a durar siempre / la estación
de los a… / la estación de los amores / cuánto te equivocas / chiquilla
chiquilla / cuanto te equivocas”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Los títulos de los poemas de esta
sección son los suficientemente elocuentes, <i>Lamentación</i>,
<i>Los muros</i> (“el suelo de la tristeza /
está tejido de sufrimiento”), <i>Los desgraciados</i>,
<i>Mi pequeña vida</i> (“que espantosos son
/ esos dos huecos en lugar de ojos / que los muertos tienen”). En otras
composiciones la nostalgia y el recuerdo son amargos pues el poeta afirma que
“estoy tan muerto ya que no puedo ni llorar de risa” (<i>Le Havre de Gracia</i>); o en <i>Si
la vida se va</i>: “Si la vida se va / no hay vuelta de hoja / si la vida se va
a toda marcha / más vale pensar si vale la pena / que el sol salga”. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El drama de la existencia se
muestra en esa retahíla de desgracias acaecidas al hombre a lo largo de la
historia: “Tanto sudor humano / tanta sangre gangrenada / tantas manos agotadas
/ tantas cadenas /… / tantas guerras y tantas paces…” (<i>Tanto sudor humano</i>). En ocasiones impreca a los demás por la
rendición asumida: “porque decís sí a los miserables // porque mojáis el pan en
nuestra sopa // porque os bebéis el alcohol de nuestro vino” (<i>A los otros</i>). Ante el destino final,
vislumbrando esos cementerios que aún estando lejos no lo están demasiado,
todavía puede esbozar un gesto de impotente rebeldía: “Cuando vituperados los
diez mil seres de la tierra / cuando malditas las cien mil miserias / cuando
detestados todos los males / haya que ir
al cementerio / meemos en un jarro” (<i>Regreso
a la tierra</i>). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><i>El Instante fatal</i> es un libro donde Queneau da rienda suelta a su
libertad de expresión poética, forjando así una prosodia que rompe con las
estructuras convencionales al introducir el lenguaje coloquial, las bromas, el
humor, el tono familiar, los juegos. El poeta trata a las palabras como seres
vivos que, espera, “se conviertan en trabajadores” para así forjar un lenguaje
creativo. La poesía de Queneau contiene varios niveles de lectura. Un primero
sería aquel en el que el juego, el divertimento, la experimentación formal
gratifican una lectura menos atenta. Mas luego, en una lectura más profunda, aparece
la temática que da sentido al texto, desde el goce de la existencia al
ineludible trascurrir del tiempo y el ineluctable destino. En esa escritura
están contenidos los elementos simbólicos de su poética, en donde el humor –tan
frecuente– no deja de ser un mecanismo protector frente a la angustia de la
muerte. En la creatividad lírica de Queneau se encuentran íntimamente
imbricados lo trágico y lo burlesco sin que entre ambos se genere una relación
que por incompatible haga inviable su convivencia. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Nota final (ineludible). Como ya
ha ocurrido en otras ocasiones con libros de esta colección, la editorial no ha
tenido a bien no ya ofrecer un estudio preliminar o unas notas explicativas –ya
que no se trata de una edición crítica–, sino ni tan siquiera un breve prólogo
o introducción. No parece que esa sea la mejor forma de presentar un libro.</span><br />
<br />
<span style="color: #660000; text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com16tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-44854022676220083402017-12-23T10:03:00.000-08:002017-12-24T04:26:15.167-08:00Rafael González Serrano: Cruzar puertas traseras (Antología)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRJyN_byd6o3MeSnlw6sl6Ubl9k8jhuxBmnQY7v__PNYV-i6Rpou1q_meTAst3mDSby01hwOp82zps-MvTnefgSFozCtcyI6rHo9Jd4iur2fparR2exCjOqQ4LPxog7JJMBE51c9Yvju4/s1600/seleccion10-bis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="237" data-original-width="183" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRJyN_byd6o3MeSnlw6sl6Ubl9k8jhuxBmnQY7v__PNYV-i6Rpou1q_meTAst3mDSby01hwOp82zps-MvTnefgSFozCtcyI6rHo9Jd4iur2fparR2exCjOqQ4LPxog7JJMBE51c9Yvju4/s200/seleccion10-bis.jpg" width="154" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<b><span style="color: #674ea7;">Retorno</span></b></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> Estuviste en el
infierno<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> de la renuncia;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> de él volviste al
purgatorio<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> del mundo, el de la
espera<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> en noche de
jardines<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> y edenes
peligrosos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> Porque hay barcos
que<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> navegan los sueños<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> sobre acantilados
de ayeres;<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> porque hay
insomnios<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> que son salidas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> de los túneles del
lodo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> Y a pesar de la
duda<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> que flaquea las
piernas <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> del vigía aterido, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> hay posibilidades
de ser otro,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> hay opciones de
rasgar<o:p></o:p></span><br />
<span style="color: #674ea7;"> el velo de lo sumergido.</span><span style="color: #674ea7;"> </span></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin-left: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<b><span style="color: #674ea7;"> Tras la puerta<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> Al abrir la puerta
un mar de latidos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> inunda la estancia,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> y la esquina de una
fotografía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> semeja un cónclave
de estremecimientos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> sin origen definido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> No hay llaves que
clausuren<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> esa puerta de forma
definitiva,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> como no hay
cerrojos que impidan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> crecer a los
bosques.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> Sólo el lamento de
las páginas de un libro<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> hará posible que la
hojarasca<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> ensombrezca ese
lugar<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> donde vicario viviste
de películas antiguas,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> y donde los dos erais actores <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> de un baile de
marionetas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 21.3pt; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<b><span style="color: #674ea7;"> Realidad<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> Conjurando
el páramo se queman<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> las
pesadillas que<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> flotan
en las turbias aguas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> del
albañal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> Son
como pieles de nubes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> que
se estiran en una topografía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> de
trébol y suburbio,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> cuando
las canciones ahogan<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> sus
notas enfermas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> No
hay ya héroes, y las víctimas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> se
inmolan a sí mismas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="margin-left: 14.2pt; mso-add-space: auto; tab-stops: 184.8pt; text-align: justify;">
<span style="color: #674ea7;"> en
el holocausto</span><br />
<span style="color: #674ea7;"> de una coreografía final.</span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-28029587060238756952017-10-19T08:13:00.000-07:002017-10-19T11:52:43.837-07:00Zbigniew Herbert: Informe desde la ciudad sitiada<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg67gkMDyuvU2Ftnn8LdDrlyZdedbBpO3TocHN_kDMwDbrOVy8tb67X_sJP1p6FXMJKKztSJFpXSXOyb1TTaizcJ6hv_SN-njud77Nj8u9HBunSI4Rfs-0Y8xI0MJqzt1P8GOnODX3q6ys/s1600/Herbert-bis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="234" data-original-width="175" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg67gkMDyuvU2Ftnn8LdDrlyZdedbBpO3TocHN_kDMwDbrOVy8tb67X_sJP1p6FXMJKKztSJFpXSXOyb1TTaizcJ6hv_SN-njud77Nj8u9HBunSI4Rfs-0Y8xI0MJqzt1P8GOnODX3q6ys/s200/Herbert-bis.jpg" width="149" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Zbigniew Herbert publica <b><i>Informe
desde la ciudad sitiada</i></b> en 1984. Fue un poeta y escritor polaco nacido
en Lwów en 1924 (ciudad de Polonia que pasó a ser la actual Lvov, en Ucrania,
tras la Segunda Guerra Mundial). Recibe su formación de manera clandestina en
la Polonia ocupada. Hasta después de la muerte de Stalin no comienza a publicar
sus libros. En 1956 sale su primer poemario, <b><i>Cuerda de luz</i></b>. Luego
vendrán <b><i>Hermes, el perro y la estrella</i></b> (1957), <b><i>Estudio del objeto</i></b>
(1961), <b><i>Don Cógito</i></b> (1974) o, la posterior al <b><i>Informe</i></b>, <b><i>Elegía
a la partida</i></b> (1990). Es también un prolífico autor dramático, así como
un agudo ensayista con títulos como <b><i>Un bárbaro en el jardín</i></b> (1962).
Murió en Varsovia en 1998. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><b><i>Informe desde la ciudad sitiada y
otros poemas</i></b> (que así es su título original), en su versión española padece la amputación de poemas pertenecientes a su primera edición y la
inclusión de otros anteriores en bastantes años, puede que al amparo de ese
abarcador “…<i>y otros poemas”</i> (en una
interpretación quizá bastante libérrima). Nos basaremos pues –no nos queda otro
remedio– en esta edición en español. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El poema central del libro es una
meditación sobre la opresión, la conciencia ética y la libertad personal.
Consta de cincuenta y nueve largos versos libres entre los que hay versos
individuales y agrupaciones de versos en estrofas irregulares. Se inicia con el
hablante relatando cómo él: “Demasiado viejo para llevar las armas y luchar
como los otros– / fui designado como un favor para el mediocre papel de
cronista” Marca así una secuencia de hechos que van sucediéndose a lo largo de
siete días. Describe con objetividad: “evito comentarios las emociones mantengo
a raya escribo sobre hechos”; narra sus observaciones: “al atardecer me gusta
deambular por los confines de la Ciudad /… / escucho el tronar de los tambores
los alaridos bárbaros / en verdad es inconcebible que la Ciudad todavía se
defienda”.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El poema tiene un cariz en buena
medida pesimista, pues vaticina una futura derrota de esa Ciudad –“el asedio
continúa los enemigos deben ser reemplazados / nada les une excepto el anhelo
de nuestra destrucción / galos tártaros suecos huestes del César…–, abocando
así la existencia humana a la soledad (“a quienes alcanzó la desdicha están
siempre solos”). Aunque también la esperanza se puede encontrar en que haya un
solo superviviente: “si cae la Ciudad y uno solo sobrevive / él portará consigo
la Ciudad por los caminos del exilio / él será la Ciudad.” Concluye, no
obstante, que cualquier anhelo de salvación frente a la opresión y la injusticia
está en los sueños: “sólo nuestros sueños no fueron humillados.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Esa Ciudad es el núcleo fundamental
de los valores que todo ser humano lleva; los que renuncian a la lucha frente
al asedio externo no poseen conciencia de los principios esenciales de la
libertad. Aunque la Ciudad pueda ser entendida en un sentido genérico y
simbólico –como ese foco primordial de las virtudes que todo hombre porta–,
también subyace, y es claramente identificable, un alegato crítico contra la
ley marcial impuesta por el régimen socialista en 1981 a los polacos. Esa
Ciudad no sólo es Varsovia –o Polonia–; pero también lo es. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En el poemario aparecen también
otros motivos recurrentes en la obra de Herbert. Tal es la referencia a los
elementos históricos –y mitológicos–, así como la presencia de esa figura mitad
alter ego mitad método de distanciamiento del propio autor, que es Don Cógito. La
Historia –o la Mitología–, por medio de los personajes rememorados y los
acontecimientos narrados, son un instrumento para comprender el momento presente. En esa
Historia el mal abunda y, por ello, desenmascararlo es una forma de enfrentarse o,
al menos, resistirse a él. Mas no sólo ofreciendo una actitud que reivindique un
sentido ético (lo cual implicaría cierta visión idealista), sino también mediante la aplicación de un método de contraste irónico, tal y como hace Herbert. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Esto se observa en composiciones
como <b><i>El
Divino Claudio</i></b> o <b><i>Habla Damastes apodado Procusto</i></b>. En
la primera, establece una semblanza del emperador que, entre el cinismo y la
autoburla, reivindica su figura: “durante años representé el papel de zoquete /
los idiotas viven más seguros”; se jacta de su formación, tanto la culta como
la recibida en tabernas y lupanares; y duda de sus crueles decretos: “al
parecer / ordené ejecutar / a treinta y
cinco senadores.” Para concluir alardeando de haber añadido al alfabeto dos
nuevas letras: “amplié las fronteras del habla esto es las fronteras de la
libertad.” Procusto rechaza el calificativo de asesino pues “en realidad fui un
erudito reformador social / mi verdadera pasión fue la antropometría”, y añade
con desfachatez que: “la meta era sublime el progreso exige víctimas.” Porque
los tiranos justifican sus crueldades en nombre de los logros prácticos o los
nobles ideales (o totalitarios proyectos: así Procusto lo que deseaba era “a
una humanidad asquerosamente heterogénea conferir una forma única”). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Don Cógito es ese filósofo
escéptico que, a pesar de ser consciente de lo imposible de su tarea, intenta
darle un sentido lógico a las cosas, descubrir la verdad que subyace bajo la
supuesta realidad que trata de confundir sustancia y apariencia. En <b><i>El
alma de Don Cógito</i></b>, con tono melancólico, expresa cómo, ante el regreso
de su alma: “la mira de reojo / cuando se sienta frente al espejo / y sus
cabellos cepilla / enredados y grises.” Y en <b><i>El monstruo de Don Cógito</i></b>
precisamente reta al monstruo que “destruye la construcción del pensamiento.” Y
esa batalla debe darse “antes de que sobrevenga / un sucumbir por inercia / una
vulgar muerte innoble.” Deseo de racionalidad frente a la mentira de la falsa
realidad, de ese infierno en la tierra. Ya en un poema anterior de esta serie,
pero recogido en este libro, plantea precisamente <b><i>Qué piensa Don Cógito del
Infierno</i></b> (y los que ocupan el más bajo círculo no son sino los artistas,
“llenos de espejos, instrumentos y retratos”).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Una de las finalidades del libro de
Herbert es, mediante la palabra poética, presentar la crítica de un mundo en el que reina el terror contra
los hombres concretos, violentados en nombre de diversos abstractos
totalizadores. En sus poemas siempre se halla presente la perspectiva reflexivo-intelectual
–lejos de la impulsividad emocional, y con el frecuente uso del distanciamiento
irónico–, marcando el énfasis en los seres humanos y su dignidad, aunque la
gente esté atrapada en el engranaje ineluctable del destino. El anhelo de
verdad es un motivo crucial de la poesía de Herbert que, en última instancia,
va más allá de las preocupaciones meramente sociopolíticas para aspirar al
sueño de alcanzar el conocimiento, la claridad del ser. Pretendiendo obtenerlo
mediante lo que él mismo definía como la <i>calidad
de transparencia semántica</i>: “característica de un signo que consiste en que
durante el tiempo en que se usa ese signo, la atención se dirige hacia el
objeto denotado y no hacia el signo en sí”.</span><br />
<span style="color: #660000;"><br /></span>
<span style="color: #660000;"><span style="color: #660000; text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span><span style="color: #660000;"> </span></span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-23716074329963716392017-09-04T09:49:00.002-07:002017-09-04T09:51:33.483-07:00Nara: Todai-ji<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhw3SqgEDL6WbswqLXLPGvzQb48Qo_6wBjNAg7sC5XhO7yVo8a_7KqgFg8kQz962nUZs1_wlrEEp5jLjIhLhCE-UPQvqpXGaqYLxdPmwArzngqI8r5r23Bfp_Nby0r6fCM-aUMap9ToGSE/s1600/Selecci%25C3%25B3n2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="492" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhw3SqgEDL6WbswqLXLPGvzQb48Qo_6wBjNAg7sC5XhO7yVo8a_7KqgFg8kQz962nUZs1_wlrEEp5jLjIhLhCE-UPQvqpXGaqYLxdPmwArzngqI8r5r23Bfp_Nby0r6fCM-aUMap9ToGSE/s320/Selecci%25C3%25B3n2.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: blue;">Templo Todai-ji - Nara</span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-56137823871967376252017-08-21T12:09:00.002-07:002017-08-21T12:15:23.871-07:00Kyoto: Kinkaku-ji<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzgF2MajUjnIwftB3Q7KrCn31wfopFMz56VxDtearCD4DCfnXez1WxgvBKA4VXuuipmHatMtVXsNIEBqnht4U3JDgq9j0gdLmp0AIgouwESjka8bh7r0HMI43JZFnS_tFD5KN2-LWeJes/s1600/Selecci%25C3%25B3n1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="340" data-original-width="484" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzgF2MajUjnIwftB3Q7KrCn31wfopFMz56VxDtearCD4DCfnXez1WxgvBKA4VXuuipmHatMtVXsNIEBqnht4U3JDgq9j0gdLmp0AIgouwESjka8bh7r0HMI43JZFnS_tFD5KN2-LWeJes/s320/Selecci%25C3%25B3n1.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="color: blue;">Templo Kinkaku-ji, Kyoto</span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-3801391764419494062017-06-07T11:25:00.002-07:002017-06-09T14:38:29.280-07:00Rafael González Serrano: Cruzar puertas traseras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6tIZBLJc9Z7-Fg6n_aA0RQpV4wX1nxZU-fhlqp6JOME3i7p2eDFST-zWe8-XzsKHKb1HBPPgvh1Zm3veWZ_L7lcc5WtBPZk8sJNyuU6Jim8xD_7i4f_tz4BIJIfgV3DDZmnpvG2oGs-0/s1600/SAM_7414-c.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="195" data-original-width="142" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6tIZBLJc9Z7-Fg6n_aA0RQpV4wX1nxZU-fhlqp6JOME3i7p2eDFST-zWe8-XzsKHKb1HBPPgvh1Zm3veWZ_L7lcc5WtBPZk8sJNyuU6Jim8xD_7i4f_tz4BIJIfgV3DDZmnpvG2oGs-0/s1600/SAM_7414-c.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
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</div>
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</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75;">Al cruzar unas puertas tan
físicas como metafóricas aguarda lo desconocido, lo ignorado, si bien que pueda
ser lo íntimamente anhelado. De ahí que el autor de este poemario, <b><i>Cruzar
puertas traseras</i></b>, haya concebido todo un edificio simbólico donde las ventanas,
las alcobas, los pasillos, las escaleras, las puertas, etc. no son sino parte
de una escenografía. Aquella que presenta al alma aislada y en permanente deseo
de comunicación con el otro (una voz, un latido, un tacto, una mirada…), para
así alumbrar todo un continente de encuentros, posiblemente irrealizables. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75;">Porque la aproximación y el
desencuentro se dan cita en nuestra cotidiana aventura de la vida, pues las
expectativas, los deseos, las intuiciones, los proyectos o, incluso, las
ilusiones (en el sentido de vanas esperanzas), nos constituyen. Sin embargo, en
ocasiones, no nos va a quedar otra solución que la fuga; no una huida fruto de
la derrota, sino una partida o viaje a la búsqueda de territorios desconocidos,
donde se pueda descubrir un lugar en el que asistir al ansiado encuentro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75;">La nocturnidad es consustancial a
la esencia del libro, pues es dentro de esa noche donde se enmarcan diversos
referentes; tanto físicos –como como pueden ser los reflejos en un charco de
agua, la mirada a través de un cristal, el sonido de unos pasos–, cuanto
espirituales: los íntimos anhelos de un alma tan alerta en la detección de
cualquier signo de identidad con lo ajeno, como presta a iniciar la empresa que
se le ofrece al cruzar unas puertas, reales y simbólicas, abiertas al hallazgo
de lo diferente. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75;">De esta forma, a lo largo de las
distintas secciones del libro de <b>Rafael
González Serrano</b> –<i>Ventanas entornadas</i>,
<i>Alcobas paralelas</i>, <i>Escaleras furtivas</i> y <i>Callejones traseros</i>–, la voz del poeta, materializada
en los versos, ejercerá de guía para la
singladura por ese edificio que representa tanto lo físico como lo mental
y sensitivo del ser en su trato y proximidad o lejanía con lo otro; o para
atreverse a una empresa que suponga la búsqueda de ese otro; del que también se
podría quizá sospechar que estuviera habitando en uno mismo.</span><br />
<span style="color: #351c75;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4LHBilmmg-4pmSfZXB38MI0se1-qaYZDkhVNqAifWVgDMH2rSvaBcJLmAMn-GO8j8rThiwuisNK7kmPKP1l7KbDFwUMLEexVl6KWyHXCHhU3SCtb0UTSrt-Nb54SG-dKsRIXsyxBLbn4/s1600/selecci%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="248" data-original-width="163" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4LHBilmmg-4pmSfZXB38MI0se1-qaYZDkhVNqAifWVgDMH2rSvaBcJLmAMn-GO8j8rThiwuisNK7kmPKP1l7KbDFwUMLEexVl6KWyHXCHhU3SCtb0UTSrt-Nb54SG-dKsRIXsyxBLbn4/s1600/selecci%25C3%25B3n.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-31209299490417135582017-03-14T15:19:00.001-07:002017-03-14T15:27:29.146-07:00Cesare Pavese: Trabajar cansa (Lavorare stanca)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj14j8HLEEY6k35XxgYJ6K75ga6ukiwaTTOPDonpTEDLvskd7GEQ-0AsmY7s29535o5nwx3dUkod0Su1klb9b9dFI2Tl0jAqQ522vv20Vv85jGUWL9ftCvUxzO7kqFGOyi_m7wOEIPCVD8/s1600/Pavese4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj14j8HLEEY6k35XxgYJ6K75ga6ukiwaTTOPDonpTEDLvskd7GEQ-0AsmY7s29535o5nwx3dUkod0Su1klb9b9dFI2Tl0jAqQ522vv20Vv85jGUWL9ftCvUxzO7kqFGOyi_m7wOEIPCVD8/s1600/Pavese4.jpg" /></a></div>
<span style="color: #660000;">Al igual que Giorgio Bassani,
Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, 1908) es más conocido como narrador que
como poeta. Así son célebres sus obras <i>De
tu tierra</i> (1941), <i>La playa</i>
(1942), <i>Feria de agosto</i> (1944), <i>El camarada</i> (1947), <i>La casa en la colina </i>(1948), <i>El
bello verano</i> (1949) o <i>La luna y las
fogatas</i> (1950), entre otras obras narrativas, aparte de su diario, póstumo,
<i>El oficio de vivir</i> (1952). Mas su
obra precisamente comienza con la publicación en 1936 del poemario <i>Trabajar cansa</i>. Luego seguirán otros como
<i>La tierra y la muerte</i> (1946) y <i>Vendrá la muerte y tendrá tus ojos</i>,
también publicado póstumamente en 1951. Pavese se suicidará en 1950 en Turín.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La primera edición de <i>Trabajar cansa</i> (<i>Lavorare stanca</i>) data de 1936; se publica en Florencia con un total
de cuarenta poemas. En 1943 Pavese vuelve a dar a la imprenta el libro ampliado
sustancialmente. Serán ahora setenta los poemas y estará dividido en seis
secciones conforme al título de un poema de cada una: <i>Antepasados</i>, <i>Después</i>, <i>Ciudad en el campo</i>, <i>Maternidad</i>, <i>Madera verde</i>
y <i>Paternidad</i>. Los temas que se
plasman en estas partes son la soledad como una condena vital, la falta de
comunicación, el campo como espacio mítico, el deseo y nostalgia de la mujer, la figura del exiliado,
etc.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La primera sección consta de once
poemas. Desde el primer poema, <i>Los mares
del sur</i>, aparece el tema del parentesco: “Caminamos una tarde por la ladera
de un cerro, / en silencio. En la sombra del tardío crepúsculo / mi primo es un
gigante vestido de blanco, que se mueve pausado, con faz bronceada, /
taciturno.” Refleja la admiración por su primo, marinero y, por tanto, viajero.
En <i>Antepasados</i> describe la figura de
algunos de ellos, cuyo ideal no era sino “vagar por las colinas, / sin mujeres,
llevando las manos cruzadas a la espalda.” La amistad también está presente,
como en el poema <i>Gentes sin arraigo</i>,
en donde tras afirmar “hemos visto demasiado mar”, se representa a sí y a su
amigo bebiendo y soñando con escenas alegres –y no exentas de erotismo–,
“podremos encontrar entre viñas / alguna moza morena y /… / comer algo de su
uva.” El drama está presente en <i>Luna de
agosto</i> donde una mujer se halla impotente ante el cadáver de su marido,
mientras “la tierra, oscura, se baña en sangre.” <i>La noche</i>, que cierra la sección, es un poema donde recuerda la
calma y serenidad de una noche estival de su infancia. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La segunda parte agrupa quince
poemas. El tema fundamental es el de la mujer y cómo concibe Pavese su relación
con ella. En el poema <i>Encuentro</i>
imagina una mujer ideal –“nunca pude
aprehenderla: su realidad / se me escapa”–, para concluir: “La he creado desde
el fondo de todas las cosas / que me son más queridas y no alcanzo a
entenderla.” En <i>Tierras quemadas</i>
recuerda, desde su confinamiento, con nostalgia a las mujeres de Turín. Varios
poemas, como <i>Dos cigarrillos</i> o <i>Pensamientos de Deola</i>, las figuras que
evoca son las de diversas prostitutas, cada una con sus pensamientos y sus
historias, mas con la indiferencia ajena y la soledad, fruto quizá de la
independencia: “Estar sola, si le place, /
por la mañana y sentarse en el café. Sin buscar a nadie” (<i>Pensamientos de Deola</i>). En <i>Después</i> recuerda a su amante –“mi
compañera estaba tendida junto a mí /... estábamos desnudos”–, entre la alegría
por la grata y sensual experiencia y la esperanza de la próxima cita: “Si
queremos, podremos encontrarnos.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Diecinueve poemas constituyen <i>Ciudad en el campo</i>. Los motivos de estos
poemas son el trabajo, los trabajadores, los artesanos, mas también algunos
personajes marginales (borrachos, mendigos), o niños campesinos desorientados
en la ciudad. Presenta con sobriedad y sin implicación emocional a estos seres,
mostrando la indiferencia de cada uno hacia los demás, y haciendo hincapié en
la soledad esencial de cada cual. Los borrachos protagonizan los poemas <i>El tiempo pasa</i> o <i>Indisciplina</i>, donde el personaje avanza pos la ciudad ante el
rechazo de los otros y la indiferencia de la naturaleza. El desinterés hacia
los demás de las personas que transitan por la calle está presente en <i>Atavismo</i>. En <i>Trabajar cansa</i>, describe a un hombre que atraviesa una plaza y que
toma conciencia de estar solo preguntándose “¿Vale la pena estar solo para
seguir siempre aún más solo?” Siente dentro de sí que debería formar pareja con
una mujer pues, aunque callejease, “estaría la casa / donde está esa mujer y
valdría la pena.” Frente al tono general de la sección –triste e, incluso, amargo–
en <i>Retrato de autor</i> el poeta se identifica
con un vagabundo y adopta una postura más cínica: su compañero ha conseguido
cena y fuma la colilla que le da un mozuelo al que “pongo la zancadilla.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En <i>Maternidad</i> –del poema cuarenta y seis al cincuenta y cinco– cuenta historias
de mujeres y madres que se han sacrificado por sus hijos. El tema general de
esta sección es el amor que une a mujeres y hombres en diferentes
circunstancias y con visiones que, en ocasiones, difieren. En <i>Una temporada</i>, Pavese relata la historia
de una madre que ha parido varios niños y que se ha consumido: “con los años,
hasta ella, / que nutrió otros cuerpos, se ha encorvado y quebrado”; y en <i>Maternidad</i>,
un hombre recuerda a la mujer “que esparció sangre suya / dentro de cada hijo y murió del tercero.” En
<i>Un recuerdo</i> no hay hombre que “logre
dejar huella / en esa mujer” que sonríe sola con “su más ambigua sonrisa al
andar por la calle.” Y en <i>Placeres
nocturnos</i>, más optimista, expresa el amor –“un calor nos revolverá la
sangre”– que le entrega su mujer al hombre que llega a casa, y que le infundirá fuerza y valor.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Los siete poemas que constituyen <i>Madera verde</i> versan sobre temas políticos
y sociales. Tratan, en general, sobre las injusticias y desigualdades que
sufren los trabajadores. En <i>Exterior</i>
ofrece la historia de un muchacho que, frustrado por el trabajo en la fábrica,
decide abandonar ese trabajo. También la huida aparece en <i>Fumadores de papel</i>, donde un joven llega a la ciudad “para labrarse
un porvenir”, mas sólo encontrará “injusticias por doquier.” En <i>Disturbios</i>, tras el levantamiento de
algunos obreros, acontece el drama: “El muerto está retorcido y no mira a las
estrellas.” En algún poema recuerda su confinamiento en un pueblo calabrés; así
en <i>Palabras del político</i>, aunque el
tono es de alegría por todo lo que va descubriendo: los peces, las hermosas
mujeres, las viñas…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Por último, ocho poemas
constituyen el apartado de <i>Paternidad</i>.
Están escritos durante su confinamiento (a pesar de no ser un militante político
activo, fue desterrado por actividades antifascistas). El tema es la distancia
–y la añoranza– de su Piamonte natal. La angustia y el dolor por su exilio se
ejemplifican en poemas como <i>Paternidad</i>
o <i>Estrella de la mañana </i>(“nada hay
más amargo que el amanecer de un día / en que nada ocurrirá.”). Además, en el
primero plasma la dualidad del mar: generador de trabajo y sustento para los
pescadores mas –frente a la genésica y femenina tierra– símbolo de la
infertilidad y, por tanto, de la soledad: “hombre solo ante el inútil mar”; o
“el hombre que conoce todo el tedio del mar.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Interesado más por la situación
humana de dolor, desamparo, incomunicación, o la angustia existencial –sin
olvidar la injusticia– de los personajes que pueblan sus composiciones –elementos
que transitan igualmente la voz del propio poeta– queda confirmado que los
motivos del aislamiento y la soledad, la nostalgia de un tiempo pasado y un
lugar, el sexo y la vida, son esenciales en la poética de Pavese. Con un tono
sencillo, un verso generalmente largo y un estilo directo, sus poemas están
fuertemente ligados a la vida cotidiana, a todas las incertidumbres y
complejidades de la misma, sin renunciar a los instantes que la misma pueda
ofrecer de transitorio goce y plenitud.</span><br />
<span style="color: #660000;">Comentario final: La edición efectuada
por Visor de las </span><i style="color: #660000;">Poesías completas</i><span style="color: #660000;"> de
Pavese presenta relevantes deficiencias. Primero, no ofrece una versión
bilingüe (el original no es un texto de complicada tipografía); en segundo
lugar, el libro </span><i style="color: #660000;">Trabajar cansa</i><span style="color: #660000;"> se
presenta como una mera lista continua y descontextualizada de poemas mezclados sin
atender a la clasificación original por secciones; y, por último, el libro
carece de prólogo o presentación, notas explicativas, etc., donde aclarar, por
ejemplo, por qué se ha escogido una edición –por muy hecha que esté por Italo
Calvino– sin secciones y con más de cien poemas (cuando la de 1943 contaba con
setenta). </span><br />
<span style="color: #660000; text-align: right;"><br /></span>
<span style="color: #660000; text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span><span style="color: #660000;"> </span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-72248267773804617992017-01-25T08:21:00.000-08:002017-01-25T08:23:18.532-08:00Alexander Blok: Versos de la bella dama<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNT3_y_n-O3Kl4JOH6zdSFC3MsRnjNnOgKxu6MMJgnx6OyB0mgned_ZF0Uq97LjsKs-PSvQHBFWjFPUaGjYdfKr5BxIsnOXaMYKXAEpF-t5Zix0tyxjKt345dlMCrSt1BMBwdUNq-4Gvc/s1600/Alexander-Blok3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNT3_y_n-O3Kl4JOH6zdSFC3MsRnjNnOgKxu6MMJgnx6OyB0mgned_ZF0Uq97LjsKs-PSvQHBFWjFPUaGjYdfKr5BxIsnOXaMYKXAEpF-t5Zix0tyxjKt345dlMCrSt1BMBwdUNq-4Gvc/s200/Alexander-Blok3.jpg" width="140" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Alexander Blok nació en San
Petersburgo en 1880 en el seno de una familia noble y culta. Inicia los
estudios de Derecho, que luego abandonará para estudiar Filosofía e Historia.
Se enamora de Liubov Mendeléyeva hija del célebre químico Mendeléyev (que investigó
en la ley periódica de los elementos), y con ella se casa en 1903. Precisamente
su poemario <i>Versos de la bella dama</i>, de 1904, está dedicado a ella. Es autor de
otros poemarios como <i>La máscara nívea</i>
(1907), <i>La ciudad</i> (1908), <i>Tierra en la nieve</i> (1909) o <i>Las horas nocturnas</i> (1911). También es
autor de obras teatrales como <i>La
desconocida</i> (1906), <i>La canción del
destino</i> (1908) o <i>La rosa y la cruz</i>
(1913). Blok influirá en poetas como Ajmátova, Tsvetáieva, Mandelstam o
Pasternak. Inicialmente apoyó la revolución –con su controvertido poema <i>Los doce</i> (1918) originó una gran
polémica– para posteriormente renegar de ella. Muere en su ciudad natal en
1921. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><i>Versos de la bella dama</i> ha tenido varias ediciones. En la primera
de 1904 constaba de noventa y tres poemas numerados y, sólo algunos, titulados,
divididos en tres partes: <i>Inmovilidad</i>,
<i>Encrucijadas</i> –en ocasiones, publicada
como libro independiente– y <i>Cuarto
menguante</i>. Tras su poemario <i>Ante lucem</i>
y la colección poética <i>Desde las
dedicatorias</i>, este libro culmina lo que sería su primer ciclo poético
(otros posteriores serían el de <i>Versos
italianos</i> o el de <i>Carmen</i>). En
esta obra plasma varios temas fundamentales: el aspecto amoroso y la propia
imagen del poeta en tanto que caballero servidor de su dama, el apocalipsis
urbano, la desolación o el ocaso del ideal. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En la primera parte predomina la
claridad, la blancura: “el horizonte está en llamas. La claridad es
insoportable. / Espero en silencio, lleno de amor y angustia” (poema 2); “tú
eres blanca, imperturbable en las profundidades” (poema 4). Porque, desde “los
templos sombríos”, “espero a la Bella Dama”, la “solemne Esposa Eterna”; pues
con su espera anhelante busca dar sentido a su existencia. En el poema 7, <i>Historia</i>, declara: “Entre sueños de niebla, paso la noche / y la
tímida juventud de incontables quimeras. / La aurora se acerca. Huyen las
sombras. / Y Tú, Clara, brillante con el sol.” Presiente que ella llegará,
transfigurándose.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Mas la espera se prolonga, se
demora, mientras permanece en el mundo ideal e intemporal del caballero-poeta:
“Espero una llamada, busco una respuesta, / mas el silencio de la tierra
extrañamente se alarga” (poema 10). Y mientras tanto “la llama roja se apaga. /
Inesperadamente llegan los sueños” (poema 21). En su abstracción renuncia al
mundo, a los otros: “No iré al encuentro de la gente, / temo sus injurias y sus
elogios”, afirmando que “iré a la fiesta del silencio”. Y en su poesía con
voluntad de trascendencia –“espero la luz del universo” –, en su deseo de unión
con el todo, rechaza lo mendaz: “Todo lo que respiraba mentira / retrocedió
asustado” (poema 28). Al fin, escucha la voz iluminadora de esa mística esposa que
le responde: “Te espero, amado mío, / soy tu prometida y será tu esposa eterna”
(poema 48).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En la segunda parte aparece la
ciudad de San Petersburgo. Es el lugar de los encuentros y distanciamientos
amorosos; y también el símbolo de la sociedad real, con toda su modernidad, su
carga de crudeza e, incluso, miserias. En el poema 50, <i>Engaño</i>, describe con repeticiones semánticas y paralelismos el
espacio que va descubriendo: “Risa, chapoteos. Salpicaduras. Humo de fábricas”;
o “La mañana. Nubecillas. Humo. Cubos tirados.” Son entonces las fábricas, las
calles, las tabernas o, incluso, los prostíbulos los escenarios de sus versos:
“Muros de fábricas, cristales de ventanas”; “en cada muchacha hay una pecadora;
/ en cada idea, una alcoba”; “las prostitutas contonean en la plaza / sus
ardientes caderas” (poema 51).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La urbe va tomando un aspecto
apocalíptico: “La eternidad derramó en la metrópolis / un crepúsculo de estaño.
/ El borde del cielo está deshilachado.”
Y en ese medio el poeta se ve como un “monje negro”, mas también como
una figura burlesca, un arlequín (cita expresamente el nombre en el poema 61):
“Yo llevaba un traje viejo, / blanco y rojo, y una máscara. / Reía y hacía
muecas en las esquinas” (poema 59). Parece que el miedo acecha la cita y el
desencuentro: “Me aterra verme contigo, / pero más me aterra no verte. / Todo
me asombra, / en todo veo una señal” (poema 64), puesto que su tarea puede que
no sea sino una imposición inalcanzable del destino: “Toda mi vida es un
Mandato: / el Mandato de servir a la Inaccesible” (poema 72). Aunque también
alienta la esperanza de la llegada salvadora: “Pero en el último día /… / Él,
profeta sin ley, se levantará /…/ Entonces, entrará con forma de rostro / en la casa vacía, / y en el espejo sin
sombra / aparecerá la imagen del Llegado” (poema 69).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La tercera parte plasma el choque
con la cruda realidad de la urbe: “Contemplé la ciega obra de los hombres”;
“por doquier despertaban, gritaban, esperando a los mensajeros” [del
apocalipsis]; y alguien “comprendió que oscurecía” (poema 76). Incluso se hace
presente el derrumbe del ideal amoroso: “Iba corriendo y me caí, / cubierto de sangre
rodé /…/ me pareció verte agonizante, / cubierta de sangre, como yo /…/ ¿Es que
me he quedado solo?” (poema 77).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">El poeta ofrece una visión
oscura, nocturna, incluso macabra (abundan términos como “tumba”, “noche
larga”, “palidez de nieve”, “monje triste y oscuro”). Predomina la presencia
del sufrimiento: “De día nadie se apiada de mí; / de noche, me compadezco de mi
dolor” (poema 86). O del mal que habita en su interior: “Sé que tú, Iluminada,
no recuerdas el mal / que luchaba en mi / cuando… / te acercaste a mi abismo”
(poema 90). ¿Quién le asistirá en ese tiempo del declive y el ocaso? “En la
hora en que se embriagan los narcisos /…/ alguien se acerca y suspira junto a
mí.” ¿Será Arlequín, o el tú de la amada, o una brisa? “Yo, payaso en la
fulgurante rampa, / surjo por la escotilla abierta”; y se retuerce, gira,
retumba, mientras su “dulce amiga” duerme “en el columpio de los sueños” (poema
92). Mas declara, al final, que “encontraremos un nuevo torbellino de visiones,
/ encontraremos la vida y la muerte” (poema 93).</span><br />
<span style="color: #660000;">Blok escribe este libro en su
periodo simbolista. Por ello, construye el texto como una red de símbolos
interconectados. Partiendo del fenómeno trata de acercarse a lo esencial,
llegar a lo sublime mediante la belleza poética. Mas también asistimos en sus
poemas a un combate lírico entre el Ideal y la fatalidad del Destino o el
choque con la Realidad (primera parte frente a las otras dos). Por medio de la
escritura libera su mundo interior y así surgen tanto paraísos ideales como
visiones apocalípticas, destrucción y dolor. Los encuentros y alejamientos
amorosos enmarcan un espacio dinámico y conflictivo que, junto a la confrontación
con una realidad hostil, impulsan al poeta anhelante a intentar descifrar y
comprender el misterio de la vida y la muerte.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><span style="text-align: right;"> </span></span><br />
<span style="color: #660000;"><span style="text-align: right;"> © Copyright Rafael González Serrano</span> </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-19327029441705666042016-11-29T05:27:00.000-08:002016-12-06T12:21:52.511-08:00Thomas Stearns Eliot: La tierra baldía<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrUdJyOd0OncCsq5Q2yb8DBD6PdsjACk1McgqOfTujcum2v3abVtafxtJBwoF7910VUl1YI2-b28N-231S1IruiQYn4zno8vS7npZ2NxZO-nyILQ5_JTzyKwCHm_4pgoWMG0uOxiuY0t0/s1600/Eliot1-tris.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrUdJyOd0OncCsq5Q2yb8DBD6PdsjACk1McgqOfTujcum2v3abVtafxtJBwoF7910VUl1YI2-b28N-231S1IruiQYn4zno8vS7npZ2NxZO-nyILQ5_JTzyKwCHm_4pgoWMG0uOxiuY0t0/s1600/Eliot1-tris.jpg" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><span lang="EN-US">Thomas Stearns Eliot nació en Saint Louis,
Missouri, en 1888. </span>La primera educación la recibió en Saint Louis, pero
luego ingresó en la universidad de Harvard en Boston, donde estudia griego, literatura
inglesa, historia medieval, arte y filosofía. Viaja a Paris, donde conocerá a Henri
Bergson y a Charles Maurras. Obtiene una beca para estudiar en Alemania, pero
ahí le sorprende la guerra y se traslada a Londres en 1914.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Instalado en Londres, pronto
conoce a Ezra Pound que le introducirá en el mundillo literario inglés. Para
mantenerse, en 1915 da clases de francés, alemán e historia. Contrae matrimonio
con una incipiente bailarina, Vivien Haigh-Wood. En 1917 entra a trabajar en el
banco Lloyd’s; años más tarde, en 1925, aceptará el puesto de director de una editorial,
la que posteriormente sería Faber and Faber.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Colaborador habitual de la
revista The Egoist, en 1917 publicó su primer poemario, <i>Prufrock y otras observaciones</i>. En 1920 aparece un nuevo libro de
poemas, <i>Poems</i>, y también en este año
publica el libro de ensayos críticos <i>El
bosque sagrado</i>. El año 1922 funda la que sería una influyente revista, <i>The</i> <i>Criterion</i>.
Y ese mismo año se editará, ya en libro, su gran poema <i>La tierra baldía</i>. En 1927 se nacionaliza británico y se convierte
al anglicanismo. Continúa con su labor ensayística en <i>Para Lancelot</i> <i>Andrews</i> de
1928.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En 1943 ven la luz los poemas de <i>Cuatro cuartetos</i> que, junto con <i>La tierra baldía</i>, constituyen su cima
lírica. El reconocimiento a su labor literaria le llega en 1948 con la
concesión del Premio Nobel así como con la Orden del Mérito del Reino Unido. A
partir de aquí irán apareciendo obras de teatro como <i>El</i> <i>cóctel</i> (1949) o <i>El secretario particular</i> (1953); o
múltiples libros de ensayos como<i> Sobre
poesía y</i> <i>poetas</i> (1957) o <i>Criticar al crítico</i> (1961). En 1957 se
casa por segunda vez con su secretaria, Valerie Fletcher. Fallece en Londres en
1965 debido a un enfisema pulmonar. </span><br />
<span style="color: #660000;">La tierra baldía, la tierra
yerma, es el mundo inhóspito y decadente en el que Eliot sitúa su poema (no hay
que olvidarse de cuándo esta escrito: periodo de entreguerras, tras el desastre
de la Gran Guerra). La vida del hombre carece de sentido, se ha perdido la
finalidad trascendente (él mismo dice que los dioses son ya sólo la Usura, la
Lujuria y el Poder). Los seres pululan abandonados, ejecutando actos mecánicos,
vagando por las calles ruinosas –ese Londres descrito tan minuciosamente– de un
mundo que se derrumba.</span><br />
<span style="color: #660000; font-family: "times new roman" , serif;">Las referencias culturales son
prolijas, no por vano culturalismo sino por reflejar cuáles son los referentes
múltiples, de origen diverso, complejos, más que de una civilización casi
cabría decir que de buena parte de la historia del hombre. Así lo mismo utiliza
el ciclo artúrico pagano que la religiosidad cristiana, la mitología clásica
que el misticismo oriental; o emplea citas de Ovidio o Dante, de Shakespeare o
Baudelaire, de San Agustín o Buda; o acude a los estudios de Frazer o Weston.
La complejidad existencial se traslada al texto haciendo que introduzca citas
en alemán, francés, italiano en un empeño totalizador.</span><span style="color: #660000;"> </span><br />
<span style="color: #660000;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4c_k-BDvtSmeLuE6SQhSotiW3XRo24H4BDEdnfBGYRMz0hZOX2h-UOOYRmaYixaoBuoqr2iSenJk9qgvWQLqZpErkLLQo6JsI-al4koQkgAg4N2L50RKOqGa2q8Ur5KO6jWGUPWbuU9Y/s1600/La+tierra+bald%25C3%25ADa2-bis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4c_k-BDvtSmeLuE6SQhSotiW3XRo24H4BDEdnfBGYRMz0hZOX2h-UOOYRmaYixaoBuoqr2iSenJk9qgvWQLqZpErkLLQo6JsI-al4koQkgAg4N2L50RKOqGa2q8Ur5KO6jWGUPWbuU9Y/s1600/La+tierra+bald%25C3%25ADa2-bis.jpg" /></a></div>
</div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-918865645930243492016-10-24T02:29:00.000-07:002016-12-06T12:21:59.265-08:00Giorgio Bassani: Epitafio<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB3OcSKOGZcz7xs2ABqnckpAEGEi3DfxsbqaA99iX1rfoMgetcaNF7nE1M2lKg2RSs2UM47xtVk8XOn-H4LEWToDW6k9OaKhJXxCrut0kXjBDMeBa2IOQS4xhgT-cB1UpjcZZyex9oUNg/s1600/Giorgio+Bassani3-bis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB3OcSKOGZcz7xs2ABqnckpAEGEi3DfxsbqaA99iX1rfoMgetcaNF7nE1M2lKg2RSs2UM47xtVk8XOn-H4LEWToDW6k9OaKhJXxCrut0kXjBDMeBa2IOQS4xhgT-cB1UpjcZZyex9oUNg/s1600/Giorgio+Bassani3-bis.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Giorgio Bassani nace en Bolonia
en 1916. Aunque era más célebre como narrador debido a los relatos de <i>Cinco historias de Ferrara</i> (1956), o a
la novela <i>El jardín de los Finzi-Contini </i>(1962),
fue también un notable poeta. Ya había publicado poemarios como <i>Historias de los pobres amantes </i>(1944) o
<i>Te lucis ante</i> (1947), cuando se editó
en 1972 <i>Epitafio. </i>Otras<i> </i>obras suyas en prosa fueron <i>Detrás de la puerta</i> (1964), <i>La garza</i> (1968) o <i>El olor del heno</i> (1972), pertenecientes al ciclo de las novelas de
Ferrara; y en verso, <i>Con rima y sin ella</i>
(1982), donde reunió todos sus libros de poemas publicados. Además, en 1984
recopila todos sus ensayos y textos críticos en el volumen <i>Más allá del corazón</i>. Muere en Roma en el año 2000.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">A pesar de su actividad como
narrador, Bassani reclamó para sí mismo en múltiples ocasiones la condición de
poeta: “¿Quién era yo después de todo?… Un poeta.” “Yo nunca podría haber
escrito nada si antes no hubiera escrito <i>Te
lucis ante</i>. En cierto sentido, este es mi libro más importante.” <i>Epitafio</i> está compuesto simultáneamente
a los grandes títulos de de su ciclo <i>La
novela de Ferrara</i>. Puede decirse, en consecuencia, que prosa y poesía se
alimentan recíprocamente; de esta forma, la práctica poética le proporciona el
dominio del vocabulario, la habilidad metafórica y la facultad imaginativa a la
hora de construir sus historias.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;"><i>Epitafio</i> está compuesto por sesenta y seis poemas. Todos dispuestos
gráficamente por medio de una justificación centrada, lo que ofrece una
simetría, más visual que métrica o rítmica, respecto a un hipotético eje
central. Representación óptica –que nada tiene que ver con el caligrama, como
equívocamente se ha apuntado– sino más bien con una concepción personal de la
poesía plasmada en una figura armónica y equilibrada, como de poema
perfectamente esculpido, tal que si fuera la inscripción de una lápida
funeraria (a fin de cuentas, su título ya es muy revelador: “epitafio”). Formalmente
asemeja, pues, a una forma epigráfica.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Hay una gran variedad de temas en
las composiciones de Bassani, desde los políticos a los existenciales, desde
los morales a los cotidianos, pero, sobre todo, es fundamental el amoroso, tratado
desde varias perspectivas. El humor no deja de estar presente en sus poemas,
como cuando se burla de los críticos: “Con mucho gusto te daría / querido una
patada en el / culo // Pero ¿acaso / te / dolería?” (<i>A un crítico</i>); o cuando plasma, con obvio sarcasmo, la
transformación de los antiguos fascistas en ciudadanos respetables: “Los ex
fascistones de Ferrara / envejecen / algunos / de los que en 1939 / aparentaban
no reconocerme / cruzan me echan los brazos al cuello... / proponen... / el
ágape casero”, para así poder “conocer de una vez por todas / al compañero de
escuela... / al gran / novelista...” (<i>Los
ex fascistones de Ferrara</i>).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Los lugares del pasado, el tiempo
ido, el recuerdo de ellos, están también presentes en sus versos. En <i>Rolls Royce</i> rememora en un viaje en
coche su antigua ciudad, reconociendo viejos lugares, reviviendo pasadas
experiencias o a él mismo en su niñez, y al recordar ese pasado “me hubiera
gustado gritar alto”, pero el Rolls “volaba ya por anchas calles desiertas”.
También, aunque íntimamente ligado con el asunto amoroso, en <i>Los mayores</i>, hace un repaso –con cierta
ironía, mas también con nostalgia– de buena parte de su familia, tanto de los
aún vivos como de los “desaparecidos hace varios decenios”. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">La existencia ligada al
transcurso del tiempo inexorable se refleja en poemas como <i>Isla Bisentina</i>: si una voz ajena le asegura que “para morir / en el
fondo siempre hay tiempo”, él lo cuestiona: “y si de verdad lo hay / siempre /
entonces ¿cuánto / hay?” En <i>Las leyes
raciales</i>, en referencia a las promulgadas en 1939 contra los judíos –y él y
su familia lo eran–, la magnolia constituye un símbolo de la superación en el
tiempo de los designios políticos, mas también de la incertidumbre de su
crecimiento, “como quien de improviso no sabe llegado / al término de un viaje
larguísimo / qué camino seguir qué / hacer”. La vida y la muerte se hallan ciertamente
presentes en poemas como <i>Carta</i> donde,
ante la vista del cadáver de un suicida con quien ha hablado la noche anterior –cuerpo con quien se identifica– se interpela
“¿no eras tú pues / alma mía / la que ya
me recordabas?”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Sobre el sentido de la escritura
y su relación con la vida escribe también algunos textos. Como en el poema <i>En broma y por juego</i>, donde elabora una
especie de irónica poética: “Yo estas poesías he empezado a escribirlas / por
puro juego sólo para mí / desde el principio he juntado sílabas siempre he
jugado ya distante / con mi sangre y con mi semen”. O cuando se cuestiona si la
constante dedicación poética –o a la creación literaria– no dilapida, por otro
lado, la existencia: “Era a la Poesía a la que aspirabas con / P mayúscula y
todo y a ella / sólo // ¿Tu vida? Esa
también tú te / la has bebido” (<i>En
memoria</i>). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">Pero los poemas amorosos
predominan en el conjunto del libro. Unos plasman el desencanto, el
acabamiento; mientras que otros son un gozoso canto esperanzado. En el poema <i>A una amiga </i>expresa con crudo cinismo el
total vacío, la nada más elocuente, tras el momento posterior a una relación
sexual: “Me decías / tendida cuan larga eres /... / que soy un egoísta
egocéntrico /... / que conmigo so se puede hablar /... / De acuerdo querida
pero perdona / ¿cómo / podría ser de otro modo?” Y la consunción del amor protagoniza
<i>No no echaré</i>: “No no echaré nueva
leña / al fuego dejemos / que la leña que ya hay se consuma poco a poco / que
la llama se transforme poco a poco en brasa /... / y tú y yo callados /... /
mirando / apagarse al final también, esa”. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">En <i>La Porta Rosa</i>, rememora el lugar donde se establecieron los
antiguos aristócratas griegos –alejados de los plebeyos aborígenes–, y bajo
ella, el poeta está en disposición de transitar hacia la fusión con la amada,
pues en esa puerta es “donde soy joven y bello y puro / aún / ahí el dueño y
señor exclusivo para siempre el único / Rey”. Una hoja de periódico baila en <i>Vals</i> hasta convertirse en “fango
informe”; imagen del invierno rápido –contrario al largo que iba desde el niño
al hombre–, y tras el cual seguirá la primavera donde se encuentra ella, a
quien le susurraba “no temas si tanto
has / amado de nuevo y más aún en breve / amarás”. Y en el ya mencionado <i>Los mayores</i>. al hilo de esa especie de
ajuste de cuentas familiar –a la par que recordatorio nostálgico de las etapas
de su vida–, al lado del cuerpo yacente de la amada, a punto de vencerse al
sueño, lo que realmente desea es “volver a tenerte a ti ante / los ojos y a ti
sola que respiras en paz ahí / al lado”.</span><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #660000;">Bastantes poemas llevan por
título el del primer verso; también todos carecen de signos de puntuación
–puntos, comas–, marcando la separación entre estrofas por dobles espacios o
inicios en mayúscula. El lenguaje es abierto, directo, franco, incluso puede
resultar en ocasiones crudo u ordinario; claramente entendible sin necesidad de
acudir a claves para explicitar un sentido críptico. De esta forma, sus poemas
resultan un tanto duros –sin carecer por ello de persuasión lírica–. Su poesía
es voluntariamente prosaica, libre de adornos barrocos al eliminar todo
elemento superfluo (incluyendo, como se ha dicho, la puntuación, o empleando
sólo la adjetivación precisa), originando así unos textos que, por
fragmentarios que sean, no dejan de ofrecer una unicidad creativa que plasma
la concepción personal de Bassani tanto
de la existencia como de su propia producción literaria. </span> </div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<span style="color: #660000;"> </span><span style="color: #660000; text-align: right;">© Copyright Rafael González Serrano</span></div>
</div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-69750985146121686402016-09-27T04:33:00.000-07:002016-12-06T12:22:16.293-08:00Sobre contadores, mapas y banderas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjclpIfh5Ts5LfRbO1JbnbCanv8uE65mhBIHC0o98sn7r6tPY53PDeMUwBShpFp2pgjCgLdRvN3T0KHhYByEQrPUmSyUtqjmq67-x-7iIjebqZ50vFiRwWp-9tqF2EF_eCjIHFBbZWAZQM/s1600/maquinaria4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjclpIfh5Ts5LfRbO1JbnbCanv8uE65mhBIHC0o98sn7r6tPY53PDeMUwBShpFp2pgjCgLdRvN3T0KHhYByEQrPUmSyUtqjmq67-x-7iIjebqZ50vFiRwWp-9tqF2EF_eCjIHFBbZWAZQM/s1600/maquinaria4.jpg" /></a></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–¡Caramba! ¡Cómo me has dejado el
cuerpo!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–A qué te refieres.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Pues a que me has llenado de
todo tipo de ¿gadgets, se dice?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–¡Ah! Te refieres a los
contadores.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Sí; y de todo tipo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–¿Y te quejas ahora? Si ya llevas
varios meses con ellos encima.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Cuando tengo oportunidad de que
mis reclamaciones salgan a la luz. O sea, ahora con esta entrada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Bueno; quise probar varios
productos que ofrecían la posibilidad de informarme de las visitas que recibía;
perdón, que recibimos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;"> –¿No era suficiente ya con mis propios
intestinos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Sí, ya sé que dispones de un
sistema interno para contar las visitas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Y, ¿entonces?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Ya te digo que quería ver otras
opciones.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Y, ¿te ha servido de algo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Pues…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–¡Huy! Cuando tú mismo dudas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Es que, efectivamente, hay
muchas y significativas diferencias de una herramienta a otra. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Como cuáles.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–En lo cuantitativo. Mientras que
el primer contador de visitas que había –el más sencillo– marca una cifra, el nuevo
que incorporé da otra.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Yo también tengo un contador
interno, ¿también difieren con el mío?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Sí, ya sé que lo tienes. Pues
mientras que entre el tuyo y el más antiguo la diferencia es inapreciable, con
el nuevo el <i>décalage</i> es mucho mayor.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Vamos, el desfase o la
diferencia, no me seas pedante.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Como quieras. Pero,
efectivamente, en la actualidad hay cerca de ochocientas visitas de desajuste.
Coincidieron en los 53543, pero luego el goecontador –que así se llama– siempre
ha ido marcando menos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Y no contento con el
geocontador, encima, me metes un contador de banderas y otro de mapa de
visitas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Sí, para que hubiera de todo.
Pero también hay diferencias significativas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–¿También hay <i>gaps</i>, por seguir políglotas?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–No sólo eso. Por ejemplo, ambos
captan que hay una entrada nueva: algo exótica –de Benin o Singapur– pero no
las que en tus tripas aparecen de China o Ucrania, bastante más normales, ¿no?
Incluso, había veces que no registraban entradas de Rusia, cuantiosas en tu
interior.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–No será que no registran lo que
no consideran visitas reales: las que son fruto de robots, las debidas a los
programas llamados <i>bots</i>. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–¡Anda! ¿Y tú como sabes eso?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Porque para algo mis tripas son
informáticas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Pues precisamente es en tus
“tripas” donde había, a lo mejor, cien visitas de China, o doscientas de Rusia,
y no aparecían en los nuevos contadores. Así que es a ti a quien le cuelan un
montón de visitas falsas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Yo no puedo hacer nada; habría
que preguntarle a Blogger qué hace para defenderme; si es que hace algo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Lo que no comprendo es la
intencionalidad de esas visitas masivas. Porque ni me van a sacar los cuartos, ni
a promocionarme ningún producto; y no les voy a hacer ni caso. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–En realidad ni siquiera son
visitas, porque no registran entradas: se meten en la página principal pero no
para ver un post, sino que provienen de una serie de webs a las que le interesa
referenciarse.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Pues ni caso. Oye, ¿y tú cómo
sabes todo esto que me estás contando?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Porque ya te digo que estoy un
poco al tanto de este mundillo, y no como tú que con tus “cultas” entradas ya
tienes bastante; vives en tus “profundas lecturas” e ignoras toda esta realidad
más prosaica.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Gracias por la ironía, pero
también –debido a esos denostados contadores– de algo me voy enterando. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Aunque tanto instrumento me
parece que te sirve más bien para liarte.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–No; no te creas. Al hilo de lo
que hablamos voy cayendo en la cuenta de que sí hay alguna herramienta que
sirve para informarme no sólo del lugar, la hora, sino también si de verdad
visita una entrada concreta. Lo de las estadísticas, es lo de menos: ¡qué más
da diez que cien!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Pues, hala, a disfrutar de los
gadgets; y espero que, aunque despacito, vayas aprendiendo algunas cositas de
este medio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–¡Huy! Y, con tu inestimable
ayuda, sabré más; sin duda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Menos guasita, ¿eh?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red;">–Hala; hasta otra, mi querido y
suspicaz compañero. </span></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-79592904450548833172016-08-31T02:20:00.000-07:002016-12-10T11:17:48.327-08:00Salamina: Palestra<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsIl14lAppBAikcV79NEB5n5obPDynm_eH0oKsZqKGszCleaVeBMHw3cqfVqgq5RCs6mk04rpw1cFwsd267uziiHsPJ8SiZcTz7MCN3_Vjiok6IpdVAPbM9sB0nCgdBvognDlFHjpsGTk/s1600/Selecci%25C3%25B3n2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsIl14lAppBAikcV79NEB5n5obPDynm_eH0oKsZqKGszCleaVeBMHw3cqfVqgq5RCs6mk04rpw1cFwsd267uziiHsPJ8SiZcTz7MCN3_Vjiok6IpdVAPbM9sB0nCgdBvognDlFHjpsGTk/s320/Selecci%25C3%25B3n2.jpg" width="320" /></a></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-64912534522720866432016-08-25T10:41:00.001-07:002016-08-25T10:41:07.035-07:00Famagusta: Catedral de San Nicolás<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmjVf9F96TFB-fJUAkvvCIsEuzn38j7qTBue-8plIsK9APzUW_SwrD_TcW8E7xT_AmGaIbDf3s-ebss86jAFFDHB86c1vGEcLmojLT32xAJq_RLlpIUTG-4VQhoWffXzOww78f4bhHOvo/s1600/Selecci%25C3%25B3n3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmjVf9F96TFB-fJUAkvvCIsEuzn38j7qTBue-8plIsK9APzUW_SwrD_TcW8E7xT_AmGaIbDf3s-ebss86jAFFDHB86c1vGEcLmojLT32xAJq_RLlpIUTG-4VQhoWffXzOww78f4bhHOvo/s320/Selecci%25C3%25B3n3.jpg" width="228" /></a></div>
De turbio en clarohttp://www.blogger.com/profile/18400006347477352472noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7672912090971832637.post-66115315058673254552016-07-12T02:14:00.000-07:002016-12-06T12:22:29.075-08:00Robert Frost: Al norte de Boston<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_vnteUOG99rVMmnFqTCbxzPt9v5dEFhoeTNILqTTh9tkP2hdfYHE63K63MGVc-yaitVC6ANo4yJJc3hpuHyARO-4sZNz5HGsZRLzBdWanrYLRLdE9642HhDQmLtVYirUhBdpT8F-XpWY/s1600/Robert+Frost3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_vnteUOG99rVMmnFqTCbxzPt9v5dEFhoeTNILqTTh9tkP2hdfYHE63K63MGVc-yaitVC6ANo4yJJc3hpuHyARO-4sZNz5HGsZRLzBdWanrYLRLdE9642HhDQmLtVYirUhBdpT8F-XpWY/s1600/Robert+Frost3.jpg" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
Robert Frost nace en San
Francisco en 1874. Estudió dos años en Harvard pero no se graduó. Tras
desempeñar diversos oficios, se dedicará a la literatura. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Al norte de Boston</i> es el segundo libro de poemas publicado, en
1914,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>durante su estancia en Inglaterra.
De regreso a Estados Unidos, alcanzará un notorio éxito, impartiendo durante
años clases en varias universidades y obteniendo diversas distinciones, como el
premio Pulitzer de poesía o la Medalla de Oro del Congreso. Entre su amplia
producción cabe mencionar títulos como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Intervalos
en la montaña</i> (1916), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">New Hampshire</i>
(1923), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El arroyo que fluye al oeste</i>
(1928), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Una cordillera lejana</i> (1936),
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">El árbol testigo</i> (1942), <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La máscara de la razón </i>(teatro, 1945) o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">En el calvero</i> (1962). Morirá en Boston
en 1963.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
El libro está compuesto por
dieciséis largos poemas (salvo los dos últimos), de carácter narrativo, donde
se incluyen extensos diálogos, monólogos dramáticos y descripciones. El origen
de su redacción data de su estancia en una granja que adquirió en Dewy, Nueva
Inglaterra. La observación de sus vecinos le sirve de referente a la hora de
crear los personajes que aparecen en estos poemas, enfrentados a una dura lucha
con el clima y la tierra.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
Hay diversas oposiciones en su
obra, como la que enfrenta a individuos, o a individuos con la colectividad, a
lo rural con lo urbano, al hombre con la naturaleza o a la tradición con el
progreso. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cerca en reparación</i>
aparecen esas barreras –tanto físicas como lingüísticas– que separan a los
individuos: “Hay algo que se opone a que una cerca exista, / que hincha la
tierra helada y la socava”. A pesar de esa oposición de la naturaleza, los
hombres se empeñan en levantarla –“y volvemos a alzar la cerca entre nosotros” –;
pues el vecino afirma que “buenas cercas hacen buenos vecinos”. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
La presencia de personajes
derrotados simboliza la extinción de un sistema de valores. Eso ocurre con el
desempleado de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La muerte del jornalero</i>,
donde el antiguo jornalero retorna a la granja de donde se fue –“sin nada en el
ayer que mirar con orgullo, / sin nada en el mañana que ver con esperanza” –,
para solicitar un trabajo, aunque lo que encontrará en su regreso será la
muerte. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El egoísta</i>, un accidentado
aceptará resignado la escasa indemnización que le ofrece la empresa, pese al
consejo en contra de un amigo. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
La incomunicación entre las
personas debido, en buena medida, a las diversas formas de usar el lenguaje o a
las distintas maneras de entender los mismos acontecimientos se hallan en otros
poemas. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Entierro en el hogar</i> un
matrimonio contempla desde su casa el cementerio donde se encuentra enterrado
su hijo muerto. Él la interpela si “no puede un hombre hablar de su hijo que ha
muerto”, a lo que le responde que “no puedes porque no tienes palabras. / Si
tuvieras al menos sentimientos, tú que cavaste / con tus propias manos su
pequeña fosa”. En este poema Frost está también contraponiendo la visión ante
un drama de mujer y hombre. Y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
código</i> muestra como una frase dicha por un granjero –“que pusiéramos más
esmero”– es interpretada por un bracero como una auténtica ofensa.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cien cuellos de camisa</i> dos personajes coinciden durante una noche
en la misma habitación de un hotel: un profesor y un recaudador de
suscripciones. Este último, en una charla un tanto absurda (Frost no olvida el
uso del humor en determinados poemas) le promete regalarle cien cuellos de
camisa que no le sirven. En este poema también el autor explora la posibilidad
de que se levanten de nuevo barreras entre los individuos, y de que los valores
democráticos hayan degenerado en intereses partidistas. Sin embargo, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La casita negra</i> aboga por el
abolicionismo y la igualdad racial. </span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las generaciones de los hombres</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El ama de casa</i> –los dos poemas más extensos del libro– representan sentidos
completamente contrapuestos. En el primero presenta un encuentro esperanzado
entre dos jóvenes que exploran, a lo largo de generaciones, esa cita forjada
por el destino (en juego hablan de un hipotético origen común en el apellido
Stark). Mientras que en el segundo lo que se plantea es un desencuentro, una
relación condenada a la separación. El motivo de una mujer frustrada se halla
asimismo en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Servidora de servidores</i>.
Ella lo que necesita es “descansar de preparar comidas para gañanes
hambrientos”. Porque su horizonte es esa ventana desde donde observa “todas las
tormentas [que] se nos vienen hacia la casa”. Pero, aunque desearía escapar de
ese entorno asfixiante, reconoce que “no tengo valor para exponerme a un riesgo
así”, y echaría en falta en esa hipotética huida “un buen tejado que me diese
cobijo”.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
En poemas como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Arándanos</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El miedo</i> Frost analiza la trasgresión de lo cotidiano: bien sea no
aceptando que unos frutos donde “el azul es un vaho del hálito del viento” no
sean de todos, bien mediante el terror que inspira lo desconocido, ruptura de
la normalidad que sufre un matrimonio de granjeros al sentirse acechados por un
supuesto peligro externo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y la
disyuntiva entre retroceder o avanzar, entre “voy a volverme desde aquí”, o
“seguiré adelante… y ya veremos”, en definitiva, sobre qué opción tomar en la
vida se plantea en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El montón de leña</i>,
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>aunque ese haz esté condenado a calentar
el cenagal helado “con la morosa combustión sin humo de las decadencias”.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
Se ha interpretado el título del
libro como una evidente ironía de su autor: la economía capitalista invasora
avanza –<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Al norte de Boston</i>– amenazando
a una cultura agrícola. Frost reproduce el conflicto entre lo tradicional y el
progreso, entre lo viejo y lo nuevo; confrontación entre la riqueza urbana y el
yerto vacío que se encuentra al norte. Buena parte de los poemas contienen esa
oposición entre lo rural y lo urbano, y poseen una dimensión simbólica al
representar diversos aspectos del mundo agrario de Nueva Inglaterra. Los
personajes muestran su subjetividad a través de sus propias reflexiones y percepciones
de la realidad, y el poeta acude a la lengua de los lugareños para dar forma a
una voz poética que transmita ese mundo a los habitantes de la ciudad.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: #660000;">
En este poemario Frost explora
las preguntas fundamentales de la vida, a la par que enfrenta al individuo con
la soledad de esa existencia. De ese modo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Al
norte de Boston</i> plasma esa difícil y complicada lucha del hombre en un
medio rural –con una naturaleza hostil para él–, si bien que éste debe tanto
enfrentarse a ella como sentirse en comunión a través de ese contacto; y
reaccionar, sobreponerse, en definitiva, actuar, ante los procesos de la propia
naturaleza. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y si detrás de esos procesos
se esconde algún riesgo inminente, al enfrentarlos, el hombre –y Frost por
medio de su creación poética– intenta descifrar el misterio de los mismos.</span></div>
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<span style="color: #660000;"><br /></span></div>
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<span style="color: #660000; text-align: right;">© Copyright Rafael González Serrano</span></div>
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