Hay asombros que viven
indemnes en un filo,
balbuceos abrazados
a unas pestañas de alambre
o de huesos,
coordenadas de raíces
que no sostienen más
que extrañezas,
pero todo en un aire
de amazonas
y suturas encontradas
al borde
del volcán.
De Fragmentos de la llama, Celesta, 2014
Sí,somos así de frágiles.
ResponderEliminarUn placer
Saludos
Y a pesar de todo, en la frontera puede respirarse un aire de encuentro. El placer es mío, Joaquín.
EliminarEl asombro siempre es la puerta de entrada al misterio.
ResponderEliminarEnhorabuena por tus versos, y un saludo.
Gracias, Arturo, por tu lectura y esclarecedor comentario. Saludos.
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