Thomas Stearns Eliot nació en Saint Louis,
Missouri, en 1888. La primera educación la recibió en Saint Louis, pero
luego ingresó en la universidad de Harvard en Boston, donde estudia griego, literatura
inglesa, historia medieval, arte y filosofía. Viaja a Paris, donde conocerá a Henri
Bergson y a Charles Maurras. Obtiene una beca para estudiar en Alemania, pero
ahí le sorprende la guerra y se traslada a Londres en 1914.
Instalado en Londres, pronto
conoce a Ezra Pound que le introducirá en el mundillo literario inglés. Para
mantenerse, en 1915 da clases de francés, alemán e historia. Contrae matrimonio
con una incipiente bailarina, Vivien Haigh-Wood. En 1917 entra a trabajar en el
banco Lloyd’s; años más tarde, en 1925, aceptará el puesto de director de una editorial,
la que posteriormente sería Faber and Faber.
Colaborador habitual de la
revista The Egoist, en 1917 publicó su primer poemario, Prufrock y otras observaciones. En 1920 aparece un nuevo libro de
poemas, Poems, y también en este año
publica el libro de ensayos críticos El
bosque sagrado. El año 1922 funda la que sería una influyente revista, The Criterion.
Y ese mismo año se editará, ya en libro, su gran poema La tierra baldía. En 1927 se nacionaliza británico y se convierte
al anglicanismo. Continúa con su labor ensayística en Para Lancelot Andrews de
1928.
En 1943 ven la luz los poemas de Cuatro cuartetos que, junto con La tierra baldía, constituyen su cima
lírica. El reconocimiento a su labor literaria le llega en 1948 con la
concesión del Premio Nobel así como con la Orden del Mérito del Reino Unido. A
partir de aquí irán apareciendo obras de teatro como El cóctel (1949) o El secretario particular (1953); o
múltiples libros de ensayos como Sobre
poesía y poetas (1957) o Criticar al crítico (1961). En 1957 se
casa por segunda vez con su secretaria, Valerie Fletcher. Fallece en Londres en
1965 debido a un enfisema pulmonar.
La tierra baldía, la tierra yerma, es el mundo inhóspito y decadente en el que Eliot sitúa su poema (no hay que olvidarse de cuándo esta escrito: periodo de entreguerras, tras el desastre de la Gran Guerra). La vida del hombre carece de sentido, se ha perdido la finalidad trascendente (él mismo dice que los dioses son ya sólo la Usura, la Lujuria y el Poder). Los seres pululan abandonados, ejecutando actos mecánicos, vagando por las calles ruinosas –ese Londres descrito tan minuciosamente– de un mundo que se derrumba.
Las referencias culturales son prolijas, no por vano culturalismo sino por reflejar cuáles son los referentes múltiples, de origen diverso, complejos, más que de una civilización casi cabría decir que de buena parte de la historia del hombre. Así lo mismo utiliza el ciclo artúrico pagano que la religiosidad cristiana, la mitología clásica que el misticismo oriental; o emplea citas de Ovidio o Dante, de Shakespeare o Baudelaire, de San Agustín o Buda; o acude a los estudios de Frazer o Weston. La complejidad existencial se traslada al texto haciendo que introduzca citas en alemán, francés, italiano en un empeño totalizador.
La tierra baldía, la tierra yerma, es el mundo inhóspito y decadente en el que Eliot sitúa su poema (no hay que olvidarse de cuándo esta escrito: periodo de entreguerras, tras el desastre de la Gran Guerra). La vida del hombre carece de sentido, se ha perdido la finalidad trascendente (él mismo dice que los dioses son ya sólo la Usura, la Lujuria y el Poder). Los seres pululan abandonados, ejecutando actos mecánicos, vagando por las calles ruinosas –ese Londres descrito tan minuciosamente– de un mundo que se derrumba.
Las referencias culturales son prolijas, no por vano culturalismo sino por reflejar cuáles son los referentes múltiples, de origen diverso, complejos, más que de una civilización casi cabría decir que de buena parte de la historia del hombre. Así lo mismo utiliza el ciclo artúrico pagano que la religiosidad cristiana, la mitología clásica que el misticismo oriental; o emplea citas de Ovidio o Dante, de Shakespeare o Baudelaire, de San Agustín o Buda; o acude a los estudios de Frazer o Weston. La complejidad existencial se traslada al texto haciendo que introduzca citas en alemán, francés, italiano en un empeño totalizador.
Rafael, esta nueva publicación me parece un gran acierto. Muchos deberían leer esta intensa obra de Eliot. Un abrazo.
ResponderEliminarAda
Desde luego es una gran apuesta, y hemos "sudado" su publicación. Cuenta con el libro en cuanto esté disponible. Otro abrazo para ti.
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